El 22 de enero de este año, una niña de 13 años sufrió una herida de bala en la cabeza. Fue al momento en que ingresó a una habitación de su casa de Pedro Juan Caballero, cuando el proyectil atravesó el techo e impactó en el cráneo de la adolescente.

Tras ser asistida en el hospital Regional de PJC, fue derivada al Hospital del Trauma, en donde estuvo dos meses internada, recibiendo el alta a comienzos del mes de abril.

La bala quedó alojada en su cabeza, en un sitio en el que, según los médicos, revestía alta peligrosidad una operación para extraerla. Como dejarlo en donde quedó incrustada, era más seguro que operar y exponerla al peligro de complicaciones, resolvieron la opción de no realizar la cirugía.

Sin embargo, una revisión médica a la que fue sometida en un hospital del Brasil, hasta donde concurrieron para una revisión, desató un dictamen alentador: la bala verificó un movimiento, y una cirugía para sacar el proyectil era factible sin exponerla a complicaciones.

Según informaciones dadas a conocer por médicos del Hospital del Trauma, la perspectiva que augura dicha posibilidad, representa una medida alentadora.

Cabe indicar que el pasado 25 de abril, la niña volvió a clases del Centro Regional Raúl Peña. Su situación es de mejoría, según señalaron los profesionales tratantes.

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