La iglesia Jesuítica del distrito de San Joaquín, departamento del Caaguazú, se está cayendo a pedazos. Este patrimonio nacional data de 1747 y se encuentra necesitando de una intervención rápida, para salvar la última y única iglesia jesuítica que se encuentra de pie en nuestro país.

Los pobladores exigen a las autoridades trabajos de restauración de manera a conservar este patrimonio histórico que cuenta la ciudad de San Joaquín.

A simple vista se pueden observar  de la pared lateral caída por la humedad generada por las goteras del techo, maderas destruidas debido a la acción de las termitas, fisuras más grandes en los enormes bloques de ladrillo, que pone en riesgo al temple de unos 270 años de antigüedad, que fue construido en una de las últimas reducciones jesuíticas de la región.

Pobladores de la zona señalaron que hace unos años atrás se realizó una refracción en la estructura del templo, que rápidamente volvió a deteriorarse presuntamente por la mala calidad de los materiales que fueron utilizados para el efecto.

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Actualmente, se viene realizando un largo proceso de gestiones en instituciones nacionales, departamentales y locales. El año pasado el ministro de Obras Públicas, Arnoldo Wiens, realizó una visita a la iglesia donde prometió acciones rápidas para salvar el patrimonio nacional.

La única preocupación no es solamente la restructuración del lugar, sino también las imágenes sacras con importantes deterioros del abandono.

La preocupación no solamente es la restauración del templo, sino también de las imágenes sacras con acentuados deterioros propios del abandono.

Los pobladores cansados de tantas promesas incumplidas se reunieron la semana pasada para analizar la situación y programar una campaña de concienciación para conseguir la restauración de tan valiosa obra histórica-cultural.