Desde kilómetros los pobladores pueden ver y sentir el humo producto de la quema de cubiertas.

Pedro Juan Caballero

La desintegración física y química del caucho, principal compuesto de las cubiertas (neumáticos) lanza al aire sustancias altamente nocivas para la salud.

La quema de cubiertas representa la combustión de materiales orgánicos que, además de calor, produce la desintegración física y química del caucho, dejando en el aire compuestos que son nocivos para los seres vivos y para el medio ambiente.

Este proceso produce el denominado humo negro que, como se ha demostrado, puede contener, además de monóxido y dióxido de carbono, dióxido de azufre, que en la atmósfera se puede convertir en lluvia ácida. También metales pesados catalogados como contaminantes orgánicos permanentes y clorocarbonados, que son responsables del deterioro de la capa de ozono.

La concentración y cantidades de estos elementos en el aire dependen de la cantidad, el tipo de caucho quemado, la duración de la combustión y las condiciones ambientales (que permiten la dispersión o no del humo rápidamente).

De acuerdo con especialistas estos elementos contaminantes, como todos los humos, tienen una repercusión negativa en la salud respiratoria y pulmonar.

La afectación en la salud puede ir desde irritación en las vías respiratorias y de las mucosas expuestas (conjuntiva, boca y garganta), con reacciones que van desde la tos, el lagrimeo, el aumento de secreciones y la dificultad para respirar.

Las personas susceptibles o con enfermedades pulmonares concomitantes (procesos asmáticos, Epoc y neumonías) pueden desarrollar complicaciones al entrar en contacto con el humo, lo mismo que los niños y los adultos mayores.

Cuando el contacto con el humo es permanente, pueden presentarse alteraciones en la piel y en otros órganos, incluso digestivos.

De acuerdo con lo investigado por nuestra redacción, la primera recomendación es evitar la quema de llantas en espacios urbanizados o donde exista alta concentración de público.

La segunda sugerencia es prever todo tipo de riesgo desde el plano industrial y el hogar para evitar accidentes e incendios.

El tercer consejo es que, cuando ya se está en medio de un evento de combustión, hay que alejarse lo máximo posible, usar tapabocas y mantenerse hidratado.

Hay que tener en cuenta estas precauciones especialmente cuando se trata de niños, ancianos y mascotas. En caso de que haya dificultad para respirar, sensación de ahogo, silbidos en el pecho, tos persistente, malestar o decaimiento, es necesario consultar de inmediato en un hospital.

Fuente Frontera Seca News