Ante la proximidad del inicio de clases, entre las mamás, los papás y cuidadores de niños, niñas y adolescentes surgen preguntas sobre la exposición a contagios en las escuelas. La Doctora Belén Bourdages, sugiere tomar precauciones para asumir el riesgo.

Las realidades y dudas entorno al retorno a clases son varias; muchas guardan relación con el temor a la exposición al virus y los contagios; que tan seguras serán las instituciones educativas; si se respetarán o no los protocolos y también están los que no lo ven como opción sino como necesidad para que sus hijos sigan alimentándose ya sea accediendo al almuerzo o merienda escolar.

“Las brechas sociales y las diferencias simplemente se visualizarán más, pero así como hay muchos padres preocupados por enviar a sus hijos a clases presenciales, hay muchos padres preocupados por saber si sus hijos van a poder alimentarse o no, y el Covid les preocupa menos que el hambre de sus hijos”, afirmó la Doctora Belén Ramírez Bourdages, médica paraguaya radicada en California, EEUU que sigue muy de cerca el paso de la epidemia a nivel local.

La profesional dejó algunas sugerencias y recomendaciones para aquellos padres que permanecen en la duda de que sus hijos retornen a las aulas este año en medio de la epidemia.

En caso que los niños y adolescentes vuelvan a las escuelas, deben reforzar las medidas de distancia con familiares vulnerables. “Volvamos al esquema de la cuarentena inteligente, disminuir visitas, hacerlo por corto tiempo, en lugares abiertos, usando tapabocas y no compartiendo la mesa”, señaló.

Destacó la importancia de buscar un equilibrio entre la necesidad de sociales de los niños, niñas y adolescentes y las actividades familiares.

Ramírez indicó que se pueden crear grupos de padres responsables y según afirmó su preocupación apunta más hacia los adultos irresponsables que a los niños. “Padres que envían a sus hijos enfermos. Si tu hijo tiene fiebre, si tu hijo no se siente bien, no le envíes a la escuela. En mi condado de Orange County, no tuvimos brotes en las escuelas, pero cada mes había grupos enteros en cuarentena. Un niño o un profesor que daba positivo iba a cuarentena más test a todo el grupo”, compartió.

En ese sentido, sugirió asegurarse de conocer le protocolo del colegio y exigir que este se cumpla y citó como ejemplo la cantidad de niños por aula, salas de clase con ventilación correcta y mayores actividades fuera de un aula cerrada.

Se debe también hablar con los hijos sobre las medidas sanitarias como el uso de tapabocas, el lavado de manos y la distancia física. “La mayor responsabilidad recae al final en los padres y esto es así en Paraguay como en cualquier país del mundo en este momento. Si como padres no podemos educar a nuestros hijos, y nosotros mismos no damos ejemplo de uso de tapabocas, distancia, responsabilidad social no esperemos que los chicos lo hagan. Ellos copian lo que aprenden en la casa”, señaló Ramírez.

Finalmente, la decisión es de cada familia y en forma personal y personalmente incentivó a personas allegadas a que si aceptan el desafío de enviar a las sus hijos a las clases presenciales deben saber que el riesgo nunca es cero y que puede cambiar la modalidad durante el año y optar por las clases virtuales en caso de necesidad.

Por su parte, la Sociedad Paraguaya de Infectología elaboró una serie de recomendaciones para tener en cuenta en las instituciones educativas y va dirigida a autoridades ministeriales para la vuelta a clases con el objetivo de minimizar la exposición de los estudiantes y docentes.

La lista incluye estos cuidados:

Proteger a los vulnerables

Niños, adultos mayores y aquellos con enfermedades subyacentes con riesgo de complicaciones por COVID19, no deben regresar a clases presenciales a menos que haya poca o ninguna transmisión en la comunidad y el sistema escolar debería permitirles participar de forma virtual en la mayor medida posible.

Uso mascarillas faciales

Elegir mascarillas con buena filtración y ajuste, que cubran el puente de la nariz hasta la barbilla. Las mascarillas de tela pueden tener una efectividad variable dependiendo del material, el número de capas y el ajuste. Es importante destacar que el uso de mascarillas por parte de los alumnos y profesores, la ventilación apropiada y el distanciamiento físico podrían potenciar la efectividad de las mismas.

La eficacia de mascarillas de tela mejora cuando se utilizan múltiples capas y combinación de diferentes tejidos (como algodón-seda, algodón-gasa, algodón-franela) oscilando entre 80% a 90%. Una capa de algodón de 600 hilos puede proporcionar eficacia de filtración de 79% -98% mientras que las mascarillas quirúrgicas presentan una eficacia mayor al 70%.

Ventilación apropiada de las aulas.

Mantener ventanas y puertas abiertas, tragaluces abiertos, uso de ventiladores de ventana (colocarlo cercano a las ventanas abiertas para permitir el ingreso de aire fresco al interior de las aulas). Artefactos que hacen recircular el aire del interior sin filtrarlo ni sustituirlo con aire fresco no son útiles para reducir virus presente en la habitación (la mayoría de los aires acondicionados y ventiladores en habitaciones con ventanas cerradas).

Se podría medir el nivel de CO2 para evaluar si la ventilación en las aulas es adecuada, considerando que el nivel de CO2 en el exterior es de aproximadamente 400 partículas por millón (ppm), un nivel por debajo de 800 ppm sería aceptable.

Fomentar actividades al aire libre.

Permitir los recreos al aire libre bajo supervisión para limitar comportamientos de alto riesgo. Lavar las manos antes y después del recreo o luego de utilizar equipos de alto contacto. Alternar los tiempos de recreo o si es necesario separar áreas en el patio de la escuela por clases.

Realizar clases de educación física al aire libre cuando sea posible con número limitado de estudiantes y actividades que limiten el contacto cercano. Limitar el uso de vestuarios

Reducir el riesgo siempre que sea posible.

Evitar reuniones con número elevado de personas. Clausurar cafeterías, áreas de recreación, sala de reuniones, salas de descanso que se encuentren en espacios cerrados. Restringir el número de personas en las bibliotecas y suspender los ensayos de los coros.

Reducir superficies manipuladas por varias personas, por ejemplo manteniendo las puertas abiertas se evita tocar los picaportes. Evitar visitas no esenciales y exigir que todos los que ingresen a la escuela que se laven las manos y usen una mascarilla.

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