Contó cómo se hizo famoso su comedor. Comenzó vendiendo empanadas, croquetas y tallarín. Próximamente habilitarán transferencias bancarias.

Un video de una turista en Semana Santa hizo debatir sobre el verdadero precio de los ñoquis.
Ella filmó su llegada al Comedor Ña Ñeca de Altos y se sirvió un plato de ñoquis que le costó G. 53.000.

Dijo que era “accesible porque te sirven enorme” y de inmediato saltó el plagueo del rollo por el precio. Ña Ñeca fue tendencia en redes sociales por el precio de sus platos.

Al respecto, la dueña del local, Ña Ñeca, María Ignacia Álvarez (60), manifestó en entrevista al Diario Extra que es el precio de la comida casera hecha con cariño.

“Acá no hacemos trampa, hacemos ñoquis casero”, dijo haciendo el gesto de amasar con las manos. Afirmó que tiene clientes de distintos puntos del país y que, si hay quejas, son muy pocas. Su local queda a 23 minutos de San Bernardino, a dos cuadras de la Iglesia de Altos.

Ña Ñeca comenzó hace 30 años con un copetín. Construyó con lo que ganaba como cocinera en el Hotel del Lago de Samber. Le ayudaba en la cocina a su tía desde los 13 años hasta que se independizó. Lo primero que vendía era empanada y croqueta.

Después llegaron los tallarines de domingo. Su marido, quien trabajaba en el mismo hotel, le hacía la propaganda.

“Mis clientes son los que me hacen la propaganda. Vienen acá, les gusta la comida, les comentan a los amigos, prueban, les gusta y se va y comenta a otro amigo”, destacó.

Los domingos hay más gente y atienden entre seis, todos familiares. Próximamente van a implementar el pago vía transferencia bancaria, que fue otro de los cuestionamientos.

“Todo lo que hacemos son especialidades. La milanesa rellena, por ejemplo, el bife a caballo”, dijo. Su secreto es preparar la comida en el momento en que el cliente pida. No tener congelado por adelantado. El platillo más costoso es la milanesa de surubí. Está a G. 80.000 con ensalada. Le sigue el bife a caballo de lomito, a G. 70.000.

“No me preocupa tanto la gente que se plaguea porque no estoy haciendo mal mi trabajo. Estoy cobrando lo que vale y al que no le gusta el precio, no le puedo insistir. Tampoco le puedo decir que se quede”, concluyó.

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