La ministra de Justicia Cecilia Pérez, se refirió a la posible apertura de las visitas en las distintas penitenciarías del país y estimó que estarían siendo habilitadas a partir de la próxima semana. “Estamos viendo si va a ser posible la próxima semana, pero hay que entender que se debe tener cerrado el esquema interno, por eso no puedo dar una fecha”, mencionó.
Indicó además que todo dependerá de la situación y de la condición en la que se encuentren cada una de las cárceles. Desde el ministerio están realizando los análisis correspondientes.
“Tenemos un esquema que se tiene que analizar, nosotros estamos trabajando en cómo vamos a hacer. Se pueden tener todas las medidas de prevención, pero nosotros lo que estamos analizando son los lugares en los cuales se van a recibir las visitas, porque normalmente los visitantes entran y están todos juntos en el patio y de entrada se tiene que saber que eso no va a ser así”, dijo la ministra.
Igualmente, agregó que cuentan con varios aspectos que deben ser llevados en cuenta. Uno de ellos es que cada penitenciaría tiene su propia dificultad, agregando que algunas cuentan con mayores condiciones y otras no. “Por ejemplo, el director de la penitenciaría de Villarrica armó un espacio con un esquema de mamparas con separaciones, para que la persona no tenga contacto con el que viene de afuera”, mencionó.
También dijo que la penitenciaría de Tacumbú cuenta con más complejidad para habilitar las visitas, teniendo en cuenta que es la cárcel con más hacinamiento.
“Estamos trabajando con cada una de las penitenciarías, porque cada una tendrá su propia mecánica, ya que no todas tienen las mismas condiciones, pero sabemos que en Tacumbú existe más hacinamiento y se tendrán más dificultades”, indicó.
Por otra parte, Pérez manifestó que para la habilitación de las visitas primeramente debe reunirse con el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, a fin de establecer el esquema para liberar la circulación de las personas que quieran visitar a los reclusos.
“Entonces, nosotros queremos hacer todo controlado, con turno, con nombre. No podemos nosotros abrir la puerta y considerar por tiempo o por cantidad de internos, porque la última vez que hicimos eso fue en Tacumbú y en 3 horas entraron 900 personas”, puntualizó.
Agregó que otro problema importante es que las personas no respetan las filas. ”En la primera experiencia que tuvimos fue con restricción de horario y restricción en cantidad, la gente se agolpó afuera”, finalizó.
Fuente; La Nación
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