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En estos últimos días del año 2016, los intendentes electos de los 22 distritos del departamento de Caaguazú, expondrán sus rendiciones de cuentas sobre la administración que encabezaron desde que inició este nuevo periodo de gobierno, otros que lograron el “rekutú”, de igual manera deben hacerlo.- Ahora, toca prestar atención a los discursos, acerca de  su contenido, y comparar con la realidad haciendo un balance sobre lo que “dicen” y lo que “realmente” se ha hecho.

 

 

 

Editorial

 

 

 

Sin dudas, habrá discursos vacíos, sin embargo, el compromiso de llevar adelante un municipio no sólo corresponde al intendente municipal, sino también al colegiado que acompaña la administración, ejerciendo el papel que deben desempeñar.

 

 

 

Y si hablamos de un jefe comunal que no cumplió con sus promesas, e incluso que ya inició con vestigios de corrupción, también podemos referirnos a una junta municipal que apañó esa realidad, pues el grupo de concejales, más allá de pertenecer a una u otra bancada debe constituirse en aliado de los ciudadanos siendo contralores de las decisiones que toma el ejecutivo comunal, ejerciendo así un balance en la administración pública, donde los concejales frenen los “negociados” y no se conviertan parte de ellos.

 

 

 

 

De igual manera, si existieron cuestionamientos, e intervenciones, podemos decir que hemos avanzado con el deber cívico en la ciudad, pues la ciudadanía también debe exigir el cumplimiento de sus obligaciones so pena de retirarles la confianza, y son ellos, los concejales quienes deben encontrarse más cerca de la gente, y son quienes probablemente pugnarán por un nuevo cargo en el futuro.

 

 

 

Si un intendente prometió para el primer año, la mejora de caminos, construcción de puentes, aulas o una mejor gestión para la convivencia ciudadana, garantizar la seguridad en el tránsito, velando por un medio ambiente y ciudadano el cumplimiento de ordenanzas municipales, entre otras cosas que son particulares en cada distrito, y no cumplió, o lo hizo en forma ineficaz, o entremetió corrupción en ellas sobrefacturando trabajos o licitaciones, y mal utilizando el dinero comunal con o sin intereses particulares o sectarios, la ciudadanía debe imponer un primer llamado de atención fuerte y contundente, a través de la participación ciudadana, y todos los medios al alcance, si es necesario con escraches públicos, pues de otra manera, nos quedan cuatro años sin cambios positivos.

 

 

 

Ningún ciudadano debe resignarse a vivir en una comunidad que no avanza, donde no existan espacios recreativos para todas las edades, donde la cultura no sea incentivada según cada zona, y no se garantice infraestructura adecuada para acceder a una educación de calidad.

 

 

 

 

De la misma manera, apoyar las administraciones que denotan cambios positivos, pues cuando existe voluntad de servir a una comunidad que confió en sus autoridades no hay excusas, los intendentes están obligados a tocar puertas, a luchar y llegar hasta donde sea para conseguir beneficios a sus localidades.

 

 

 

Hacer un balance del año que se va y planificar un nuevo año con metas que puedan ser realidad, con la ayuda de todos es sano para los pobladores y autoridades, dejando de lado los intereses sectarios y pensando en aquellos colores que nos unen a todos como paraguayos, como pertenecientes al quinto departamento de Caaguazú y nuestras respectivas comunidades.