EDITORIAL
En todo el transcurso de la vida independiente del Paraguay, existieron personas e instituciones que han sobresalido por la labor y el esfuerzo desplegado en algún ámbito dentro de la vida social, de esa forma se han constituido en pilares del progreso y bienestar colectivo. En los albores de lo que hoy denominados Democracia han reflotado, quizás no por una cuestión fortuita, es mas quizás por necesidad o conciencia colectiva, en ese sentido cabe mencionar la labor que hoy nos ocupa, en particular a los que nos inclinamos hacia la noble tarea de informar.
Quizás esa democracia a la que nos referimos no constituya una ventaja así como parece, por más de que hoy con las libertades y los reconocimientos establecidos en la constitución nacional (la libertad de prensa y de acceso a la información) esto es solo una herramienta a disposición de los comunicadores. Lo verdaderamente dificultoso es acercar la verdad de los aconteceres a una sociedad al que no es fácil complacer, más aun cuando esa información afecta algún interés en particular.
Los últimos acontecimientos relacionados a medios de Prensa que han sido víctimas de personas que buscan coartar la libertad de expresión y crear un estado de temor, demuestra claramente que no existe otro medio para refutar la verdad para estas personas más que con la violencia, el arma que utilizan los inadaptados y violentos, quienes no cuentan con otro argumento que aquellos derivados de la intimidación y la coacción. Muchos incluso han ofrendado su vida en consecución de esa labor, de ese compromso con la sociedad, firme y decidido. Desde este medio rechazamos todo tipo de actos que atenten en contra de derechos tan universales como la libertad de prensa y el derecho a la información, ya que, aquellos quienes se empeñan en acallar la voz de la prensa, estarían atentado en contra de la voz del pueblo mismo.
No existe ningún estamento del Estado que pueda asimilar el rol que hoy cumplen los medios de comunicación, podemos decir que se constituyen en el contralor de los que administran los recursos públicos genuinos del pueblo soberano. En esa senda caminamos y no desviaremos la mirada hacia ningún hecho o acto que busque o intente limitar la verdad, mientras existan personas que valoren y acompañen nuestro trabajo nuestro compromiso con la sociedad seguirá intacta.
No buscamos con esto ser los redentores del bienestar general, pero si por lo menos con nuestro trabajo logramos despertar conciencia en un puñado de paraguayos, habremos ganado aliados que comulguen nuestros mismos ideales, de justicia, libertad y bienestar.