Comentó que los campesinos gastan entre G. 40 y 50 millones en insumos y preparación de la tierra para el cultivo de tomates. El dinero invertido proviene de los créditos que realizan para sus emprendimientos, pero los precios actuales de los productos no les permiten ponerse al día con sus préstamos.
«Después dicen por nosotros que no queremos pagar nuestra deuda», refirió con relación al conflicto que mantiene el Gobierno con un grupo de campesinos que pide la condonación de sus deudas.
Los productores sostienen que están ingresando tomates de contrabando al país, lo que provoca la caída de precios locales./UH.