El comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez, aseguró que la megacarga de cocaína incautada este viernes en España se dio por medio de la información brindada por Paraguay. Señaló que guarda relación con un operativo similar realizado en octubre de 2023 en un puerto de Villeta.

La Guardia Civil española incautó en el Puerto de Barcelona más de cuatro toneladas de cocaína escondidas en bolsas de arroz, que fueron enviadas en un contenedor que partió desde Paraguay.

De acuerdo al comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez, este decomiso se logró a través de una alerta enviada por parte de la Policía de Paraguay. En ese sentido, resaltó el trabajo conjunto desplegado con las autoridades de España.

“Este operativo en Barcelona ya tuvo su génesis en Paraguay”, resaltó en una conferencia de prensa al recordar que en octubre de 2023 también se logró incautar más de 3.000 kilos de cocaína (3 toneladas) mimetizados en bolsas de arroz en el Puerto Seguro de Villeta.

Al respecto, Benítez indicó que antes de aquel operativo realizado en el país ya se contaba con informaciones de inteligencia sobre el posible envío de cocaína en bolsas de arroz a España. Según indicó, desde ese momento se pusieron en contacto con sus pares del país europeo.

Si bien dijo que en el operativo realizado en el puerto de Villeta ya se tuvo la posibilidad de incautar los dos contenedores contaminados con cocaína, se decidió liberar uno para “asestar un mayor golpe” al crimen organizado trasnacional.

“Esto ya estaba en común acuerdo en coordinación con la Guardia Civil. Es una conclusión exitosa de dos operaciones que tiene un mismo origen”, sostuvo.

Tras el operativo realizado en Paraguay quedaron detenidas dos personas. Se trata de Ever Andrés Velázquez Villasanti, que sería uno de los principales intermediarios, y Luis María Cantero, dueño del depósito donde habría sido contaminada la carga. Mientras que en España se logró la captura de ocho personas este viernes.

De acuerdo a la información proveniente de España, la organización en ese país disponía de una infraestructura en Asunción (Paraguay) para procesar la droga hasta convertirla en polvo, envasarla en sacos de plástico e introducirla en sacos de arroz que eran cosidos manualmente, para posteriormente enviarlos a Europa.

Estaba compuesta por empresarios especializados en importaciones y exportaciones, que se encargaban de dar una apariencia legal a las actividades ilícitas; inversores que aportaban el capital necesario para la logística de las operaciones y personas de seguridad que se encargaban de proteger al resto, tanto de posibles acciones violentas como de vigilancias e investigaciones policiales.

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