Hasta el momento solo el hijo del presidente del Congreso, Silvio Beto Ovelar, renunció a su cargo tras la polémica por los contratos privilegiados y sin concurso. Aunque los diputados Cleto Giménez y Roya Torres anunciaron lo mismo, sus hijos aún no presentaron dimisión oficial.

Hace poco más de una semana, el diputado liberal Cleto Giménez había informado sobre la renuncia de sus hijas Danna y Johana a sus cargos en la Cámara de Diputados, donde figuran con salarios de G. 7.700.000 y G. 3.300.000, respectivamente.

Sin embargo, hasta el momento las jóvenes no presentaron los documentos en Mesa de Entrada y, por lo tanto, siguen siendo reconocidas como funcionarias de la institución.

Ambas ingresaron sin concurso en “cargos de confianza” y a pesar de desatarse el escándalo por los contratos privilegiados, ellas igualmente se ausentaban de sus oficinas.

Su esposa, Liz Liliana Rotela, también se aferró hasta ahora a su puesto en la Cámara Baja con un salario de G. 4.500.000.

Lo mismo ocurrió con Elías Godoy Torres, hijo de la diputada Roya Torres, del Partido Liberal Radical Auténtico. Su caso se agravó luego de haber simulado que cumplía funciones en la Dirección de Beneficencia y Ayuda Social (Dibén) en Ciudad del Este, cuyo titular, Fernando Ortellado, desmintió y castigó a los funcionarios que se prestaron para el montaje.

El joven figura en la nómina de Diputados, apenas después de terminar el bachillerato, con un salario de G. 9.500.000. Su madre se vio obligada a confirmar la renuncia, pero hasta ahora no se presentó ningún documento oficial.

En este sentido, solo Alejandro Ovelar, hijo del presidente del Congreso, Silvio Ovelar, cumplió y presentó su dimisión, en tanto que la hija del vicepresidente Pedro Alliana persiste en su cargo con un salario de más de G. 18 millones.

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