Un niño de 11 años se encuentra internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) en el Hospital Pediátrico Municipal de Encarnación, en el Departamento de Itapúa, a raíz de la mordedura de una víbora.
Según los profesionales del nosocomio, el niño está siendo tratado por la picadura de una serpiente coral, una de las más venenosas que existen en nuestro territorio.
Este hecho se registró en la localidad de Alto Verá, Departamento de Itapúa, momento en que el mismo se encontraba en la casa de una tía.
El herido fue socorrido hasta el hospital de Alto Verá y luego derivado al Hospital Pediátrico de Encarnación, donde quedó internado.
La madre del niño manifestó no saber cómo o en qué circunstancias su hijo fue mordido por la ponzoñosa serpiente.
Al respecto, el doctor Héctor Wagner, jefe médico del Hospital Pediátrico Municipal de Encarnación, explicó que el paciente está siendo tratado por mordedura de una víbora de la especie coral.
“Hasta el momento la lesión no es tan severa como las picaduras de un yarará o cascabel, pero con el correr de las horas puede ir presentando alteraciones neurológicas, como no poder abrir los ojos o algún tipo de parálisis”, indicó el profesional a los medios de prensa de Encarnación.
Si bien el cuadro del niño es delicado, los profesionales aguardan que se recupere pronto y pueda contar lo ocurrido.
El médico contó que en los últimos dos meses atendieron cuatro pacientes por picaduras de serpientes de la especie yarará. Todos estos casos no fueron de gravedad gracias a la rápida atención de los especialistas.
La serpiente coral es una de las especies más venenosas, que ataca el sistema nervioso, se caracteriza por sus anillos de color amarillo, rojo y negro, que la hacen muy vistosa.
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