Un alto mando de la Dirección de Material Bélico (Dimabel) habría cerrojado su arma contra la cabeza de un civil durante una discusión dentro de su oficina en la institución. Otro habría solicitado una millonaria coima para “salvar” a un importador por supuestas irregularidades.
Entre amenazas y pedidos de coima. Esa es, aparentemente, la vida que se lleva en la Dimabel, de acuerdo con los datos y denuncias a las que tuvo acceso ABC Color.
El teniente coronel Hugo Ayala, jefe de registro de armas de la Dimabel, es el señalado como el protagonista de una gresca en el interior de su oficina dentro de la institución. Según relataron varios testigos a ABC Color, el militar llegó a cerrojar su arma reglamentaria contra la cabeza de un civil durante una discusión.
Pablo Ventura, gerente y representante de varias empresas importadoras de armas, llegó alrededor de las 14:30 del jueves hasta la oficina de Ayala en la Dimabel. En algún momento la conversación entre Ventura y Ayala fue subiendo de tono hasta convertirse en una fuerte discusión.
Según el relato al que tuvo acceso ABC Color, Ayala terminó agarrando del cuello a Ventura y lo puso contra la pared. Los asistentes del alto jefe militar escucharon lo que ocurría y tuvieron que ingresar a la oficina a intentar separar a ambos. En ese momento el segundo al mando de la Dimabel sacó su arma reglamentaria, la cerrojó y la puso contra la cabeza de Ventura.
Luego de instantes de mucha tensión, finalmente Ayala pudo ser separado y Ventura se retiró del lugar con el cuello marcado por la forma en la que fue asfixiado por parte del alto mando militar.
Ventura radicó la denuncia ante la comisaría jurisdiccional y la Fiscalía. Se debe definir quién será el agente del Ministerio Público que llevará adelante la investigación.
En el interior de la sede de la Dimabel existen equipos de circuito cerrado que deberían haber captado por lo menos la entrada y salida de Ventura. Las imágenes podrían revelar el estado en el que se retiró Ventura del lugar luego de la gresca en el interior de la oficina de Ayala
Amenazas anteriores
Fuentes señalaron que no es el primer incidente violento protagonizado por el teniente coronel Ayala.
Semanas atrás, el mismo habría amenazado de muerte a empleados de una empresa importadora que llegaron hasta las oficinas de la Dimabel para hacer gestiones y reunirse con él.
Ante la gravedad de lo sucedido, esa misma tarde un grupo de representantes de empresas importadoras llegaron hasta la sede de la Dimabel para solicitar explicaciones y sanciones a Ayala por la agresión denunciada.
Pedido de coima
Además, en la Dimabel se registraron millonarios pedidos de coima.
El mayor Espinoza, a quien Ayala presentó ante los importadores como “mano derecha e izquierda”, fue grabado cuando pedía una coima de US$ 100.000 para evitar una denuncia formal contra uno de los empresarios.
Todo empezó debido a que uno de los importadores de armas recibió 10 kits de plástico como gentileza de una empresa israelí. Al percatarse de la situación, acudió a la Dimabel para hacer los trámites de registro, debido a que no esperaba lo que le llegó como regalo.
Fue allí que el mayor Espinoza le habría dicho que debía pagar la coima para evitar ser denunciado ante la Fiscalía por importar irregularmente los kits, que en total valían unos US$ 2.000.
La situación fue denunciada hace ya varios meses ante los altos mandos de la Dimabel, pero la única respuesta que se dio a la situación fue el traslado de Espinoza a Concepción.
Aunque oficialmente desde la Dimabel dicen que abrieron un sumario, fuentes militares señalan que no existe un solo documento referente a dicha situación.
Historial de escándalos
El titular de Dimabel, general Enrique Caballero, fue puesto en el cargo por el general Braulio Piris, excomandante de las Fuerzas Militares y leal al cartismo.
Y tanto Caballero como Ayala siguen en sus cargos a pesar de los escándalos que sacudieron a la institución. En febrero pasado 40.000 proyectiles del ejército paraguayo fueron incautados en Brasil.
Al igual que con la denuncia del pedido de coima, enviaron a los afectados a otras unidades y luego volvieron a sus puestos.