Algunos moradores del Paraná Country Club, que aportaban una suma fija, eran avisados de todos los operativos que se realizaban en este lugar. Así lo confirmó la Fiscalía, tras los primeros datos recabados en la investigación.

“Existía una especie de convenio privado, en el que los guardias tenían que avisar, no a una, sino a varias personas que económicamente colaboraban con ellos, sobre el ingreso de comitivas”, confirmó el fiscal Manuel Doldán, en entrevista con la 730 AM.

A este primer elemento de filtración se suma el contacto directo que tenía Lindomar Reges Furtado con los guardias. Se trata de un radio-walkie con el que el ahora prófugo se comunicaba con los encargados del acceso y a su vez recibía informaciones, según el fiscal Doldán.

Eusebio Cáceres Benítez y Miguel Ángel Paniagua, guardias del Paraná Country Club y la brasileña Karla Andressa Guimaraes, fueron imputados por frustración de la persecución y ejecución penal. Para la extranjera se solicitó prisión por no tener arraigo.

Karla Andressa le cerró el paso con su camioneta a los intervinientes, ganando unos minutos más que Lindomar pudiera subir a un vehículo y escapar por la parte trasera del lugar.

Además, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) divulgó un video donde se ve que los guardias del Paraná Country Club los retuvieron en la entrada y sindican a estos como los responsables de la fuga del narcotraficante brasileño Lindomar Reges Furtado

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