No solo los partidos tradicionales ANR y PLRA están divididos, sino también la propia oposición en la cual el Frente Guasu jugará un papel fundamental. Hay fugas y permanentes acusaciones.

La polémica en torno a la eventual presentación de un nuevo proyecto de enmienda no solo ahondó la crisis entre los partidos tradicionales, como la ANR y el PLRA, que ya vienen divididos, sino que afectó a la disidencia y sus aliados.

Estos habían sellado un pacto que permitió mantener una mayoría de 23 votos contra el presidente de la República, Horacio Cartes, y ahora prácticamente se concretó una ruptura con el alejamiento del sector del Frente Guasu.

Fugas de uno y otro sector, así como permanentes acusaciones y crispaciones forman parte del escenario actual en la Cámara Alta, en donde el tablero político cambia permanentemente, en medio de la indefinición sobre la presentación del proyecto y los votos.

Por un lado, están los oficialistas aferrados a la posibilidad de que Cartes pueda mantenerse en el poder otros cinco años más y con un discurso de «que la gente decida», pasando incluso por encima de la Constitución Nacional, y pretenden que pueda habilitarse la reelección.

En la vereda de enfrente están los que defienden la Carta Magna y se ratifican que el proyecto de enmienda que se había rechazado el 25 de agosto pasado ya no puede volver a presentarse hasta dentro de un año.

Ambos grupos están perfectamente identificados y se mantienen enfrentados, mientras que en el limbo están los votos que podrían ser decisivos, que son el del liberal Fernando Silva Facetti, quien condiciona que acompañará la enmienda si Fernando Lugo lo hace.

El ex obispo camina en la cuerda floja en este momento luego de que la Justicia Electoral haya dado vía libre a una demanda del oficialismo en su contra por supuesta propaganda engañosa. Lugo viene ratificándose que votará en contra, pero hay un nuevo escenario que podría hacerle repensar sobre su postura.

Revueltos. Entre las idas y vueltas que se van dando en la Cámara Alta en torno a la enmienda, que ni siquiera se presentó, los oficialistas tienen la adhesión de los liberales llanistas, los dos oviedistas, cuatro senadores del Frente Guasu, y la adhesión del que se consideraba un disidente, Julio César Velázquez.

Este últimamente estaba respondiendo al sector del ex presidente Nicanor Duarte Frutos, quien supuestamente solo apunta a un proyecto legislativo. Velázquez abiertamente dijo estar a favor del discurso de que sea la gente la que decida.

La más perjudicada es la disidencia, que por el momento tiene en sus filas otro voto más en contra del no a la enmienda del oficialista Luis Castiglioni. Ahora más bien están apelando a un grupo de liberales que también están en contra del proyecto, y otros partidos como el PDP (Partido Democrático Progresista), Avanza País y el independiente Eduardo Petta. Si se presentará o no una nueva propuesta de enmienda todavía no se tiene certeza, pero mientras tanto la discusión seguirá arrojando heridos y magullados./ ÚH