Doctores y pacientes del Hospital Regional de Pedro Juan Caballero temen que los equipamientos médicos guardados desde hace un año en una sala que fue construida para el funcionamiento de la unidad de terapia intensiva (UTI) sean robados de ahí. Los instrumentales fueron adquiridos por más de G. 2.800 millones, de acuerdo con los datos oficiales.

El centro asistencial estatal de esta ciudad se benefició hace casi un año con un importante conjunto de instrumentos para hemodiálisis y terapia intensiva. Es un equipamiento de alta gama, que fue adquirido mediante un convenio entre la Fundación Tesãi y la Itaipú Binacional por un valor de G. 2.800 millones.

El Gobierno nacional no previó rubros para el funcionamiento de la unidad, que es de vital importancia en los hospitales, y los equipos permanecen sin uso.

Varios médicos del hospital regional que pidieron el anonimato por temor a represalias, no descartan que la compra haya sido parte de un gran negociado de funcionarios de la binacional y la fundación citadas. Los profesionales indicaron que resulta extraña la celeridad con que se adquirieron los equipos, sin haber previsto los rubros para su funcionamiento y sin siquiera tener el personal especializado.

Pacientes y hasta personal de salud del hospital comentan que hay un temor de que los costosos instrumentos sean rapiñados y vayan a parar a algún sanatorio privado local o de la ciudad brasileña de Ponta Porã.

Por su parte, la directora del Hospital Regional, doctora Ingrid Montanía, señaló que hace 22 días el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) solicitó el aumento del presupuesto de la 13ª Región Sanitaria, y que dentro de ese pedido están previstos los rubros necesarios para que entre a funcionar la UTI con los nuevos equipos.

Historia repetida

El Hospital Regional fue construido y equipado por el Gobierno del Japón con todas las comodidades como centro asistencial de cabecera. Pero pocos años después de su entrega a las autoridades, desaparecieron costosos equipos médicos, que fueron a parar en sanatorios privados de la ciudad.