La nueva ola represiva de la dictadura de Corea del Norte ya golpea a la población. Cada vez más personas evitan ponerse en contacto con el mundo exterior.

En un aumento de la represión contra la población civil, el régimen de Corea del Norte comenzó a detener a los ciudadanos que utilizan teléfonos celulares para enviar dinero al exterior, además de confiscar los hogares y exiliar a las familias de los responsables.

En caso más reciente ocurrió en la provincia de Hamgyong, en el norte del país, donde una mujer de unos 20 años, identificada por su apellido Han, fue puesta bajo arresto a principios de julio.

“Fue enviada recientemente a un campo de prisioneros políticos acusada de espionaje, su familia fue exiliada a una zona rural y su casa fue confiscada”, dijo una fuente al medio local Daily NK.

En los casos de uso ilegal de teléfonos móviles el régimen suele castigar solo a los responsables, por lo que la confiscación de la casa de Han y el exilio de su familia se consideran bastante extraordinarios, incluso para los estándares de Corea del Norte.

Según la fuente citada por el medio norcoreano, la joven fue acusada de entregar dinero a la familia de un desertor norcoreano a principios de julio a través del teléfono. Sin embargo, mientras regresaba a su casa, según los informes, fue detenida por el Ministerio de Seguridad Social.

Las autoridades acusaron a Han de haber “transferido dinero” desde febrero de 2018 y, en el proceso, de realizar espionaje al filtrar información nacional a cambio de dinero. La fuente dijo que Han fue acusada además de ser una “intermediaria” que conectaba la región fronteriza con el interior del país y enviaba “gastos operativos” para la red de desertores.

Como prueba de la actividad ilegal de la mujer, las autoridades dijeron que encontraron 60.000 yuanes (unos 9000 dólares) y 27.000 dólares en su casa.

La fuente dijo que los investigadores creían que Han realizó actividades de espionaje a cambio de “dinero sucio” de la inteligencia de Corea del Sur.

Sin embargo, la fuente consultada por Daily NK puso en duda la autenticidad de los cargos. “Cuando ingresas a una sala de interrogatorios del Ministerio de Seguridad del Estado, la tortura y la violencia son tan graves que confiesas incluso las cosas que no has hecho”, dijo. “¿Cómo podría una joven de unos 20 años soportar la tortura del Ministerio de Seguridad del Estado? Es probable que consiguieran que ella escribiera una confesión a través de la violencia“.

Aún así, la nueva ola represiva de la dictadura de Kim Jong-un está teniendo los primeros efectos sobre la población.

“En el pasado, se podía resolver este problema con conexiones o dinero, pero recientemente, las autoridades están respondiendo a los usuarios de teléfonos móviles fabricados en China de manera extraordinaria”, dijo la fuente. “Ahora, los lugareños se abstienen en la medida de lo posible de ponerse en contacto con el mundo exterior”.

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