La sesión de la Cámara de Diputados quedó sin quórum en medio de un tenso clima de discusión por el sentido del voto de un proyecto de ley que propone el uso obligatorio de mascarillas. La propuesta fue rechazada al principio y revertida tras una moción de preferencia, lo que caldeó el ánimo de los legisladores.
La sesión ordinaria de la Cámara de Diputados de este miércoles se estaba desarrollando con cierta normalidad al momento de votar el proyecto de ley que dispone la obligatoriedad temporal del uso de mascarillas higiénicas o de elementos de protección contra el Covid-19.
El documento fue rechazado por una mínima diferencia de votos. Al cierre de dicho punto, el diputado Sebastián Villarejo, del Partido Patria Querida (PPQ) solicitó una moción de orden para pedir una sesión extraordinaria que inicie esta jornada las 14.00, y no obtuvo los votos suficientes del pleno.
Seguidamente, la legisladora Rocío Abed, de la Asociación Nacional Republicana (ANR), pidió la consignación del dictamen de la Comisión de Género y Equidad, el cual preside y el de su voto en la propuesta de las mascarillas.
En esa línea se pronunció igual el colorado Rodrigo Blanco. Los dos pidieron que fueran consignados sus votos, lo que fue considerado por la mesa directiva de la Cámara de Diputados como una «rectificación». A continuación, anunció al pleno que el proyecto en cuestión quedó aprobado.
La parlamentaria Kattya González, del Partido Encuentro Nacional (PEN), enseguida reclamó el cambio del sentido del voto y exigió una aclaración sobre lo que sostiene el reglamento interno. Dijo que ya pasó a otro tema y que ya se deliberó al respecto.
«No es un juego de niños, somos legisladores. No funciona así ni la democracia ni el Parlamento. Estamos abriendo una canilla peligrosa, estamos viendo que se consigne mi oposición. ¡¿No saben piko perder?!», vociferó.
A su intervención se plegó la diputada Celeste Amarilla, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), y leyó el artículo 130 del reglamento interno. Dijo que el articulado establece que «solo si se suscitaren dudas respecto del resultado de la votación, inmediatamente promulgado se rectificará el voto».
Alegó, por su parte, que no había dudas y que además ya se pasó a otro punto.
Esto despertó el enojo de la bancada colorada y salió al paso el legislador colorado Basilio Bachi Núñez, para ceñirse en la idea de que la interpretación sobre la rectificación de votos era correcta y que no se cometió ninguna falta.
En otro momento, la diputada de la ANR Pilar del Medina, se dirigió ofuscada a Celeste Amarilla y expresó que estaba cansada de ella. «El ladrón siempre juzga por su condición, todas las veces la colega nos está faltando al respeto cuando dice que se compra su voto. La única que compró su voto es ella», lanzó.
En medio del caldeado ambiente algunos propusieron —a los efectos de calmar los ánimos— llevar de nuevo a votación el mismo proyecto que ya estaba rechazado y después fue aprobado.
Cuando parecía que iba a ser la vía por la que iba a acabar la situación, el diputado liberal Carlos Silva pidió contar si se reúne la cantidad necesaria para un cuórum. Se accedió a su pedido de forma inmediata y tras comprobarse que no, se levantó la sesión.
Lo cierto y concreto es que tras el episodio protagonizado por legisladores quedó aprobado el proyecto que dispone la obligatoriedad temporal del uso de mascarillas higiénicas o de elemento de protección contra el Covid-19, al cual se le cuestionó que contemple sanciones y multas, además de controles por parte de las municipalidades.