El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social advierte sobre los riesgos mortales al conducir bajo los efectos del alcohol, destacando la importancia de la conciencia al volante. El consumo de alcohol compromete la capacidad de reacción, la visión y puede desencadenar graves consecuencias para la salud, alertan expertos.

La cartera sanitaria hace un urgente llamado a la conciencia al volante, recordando los peligros mortales de conducir bajo los efectos del alcohol. La intoxicación etílica no solo altera la percepción, sino que también deteriora los tiempos de reflejo, la capacidad de reacción y la toma de decisiones, convirtiéndose en un riesgo latente al ponerse al volante.

Los efectos nocivos del alcohol no se limitan solo a la conducción insegura; su consumo provoca daños significativos en el hígado, el corazón y el cerebro. Expertos en salud señalan que el consumo irresponsable de alcohol puede desencadenar más de 200 trastornos de salud, incluyendo enfermedades hepáticas, cáncer, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, hipertensión y defectos de nacimiento.

Uno de los aspectos preocupantes es que una vez ingerido, el alcohol pasa rápidamente al torrente sanguíneo y afecta directamente al cerebro, ejerciendo una acción desinhibidora que afecta la capacidad de discernimiento y juicio. Aunque muchos intenten contrarrestar los síntomas de la resaca, el cuerpo tarda aproximadamente 72 horas en eliminar por completo el alcohol ingerido, independientemente de los tratamientos o fármacos utilizados.

Los síntomas derivados del consumo nocivo de alcohol, como crisis hipertensivas, dolores de cabeza, náuseas o vómitos, se ven agravados especialmente en personas con problemas cardíacos o hipertensión. Es imperativo recordar que, además de los riesgos para la salud, el consumo de alcohol compromete seriamente la capacidad de percepción, los tiempos de reflejo y la toma de decisiones, aspectos fundamentales al conducir de manera segura.

En este contexto, se enfatiza la importancia de designar a un conductor designado y evitar la conducción bajo los efectos del alcohol, no solo para la protección de la persona al volante, sino también para la seguridad de todos los usuarios de la vía pública.

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