Alrededor de 25 personas sitiaron Yatytay, Departamento de Itapúa, 10 de ellos tomaron con violencia la Comisaría local para inmovilizar a los tres policías mientras arrancaban a metros un cajero automático. Para el jefe policial, César Bareiro, quien recibió un fuerte culatazo, este atraco es una sorpresa en una ciudad tan tranquila.

El comisario César Bareiro relató cómo los delincuentes, vestidos con chalecos y kepis con la inscripción de la Policía Nacional, sitiaron Yatytay por aproximadamente media hora.

Aunque no sabe con precisión la cantidad de personas que participaron del atraco, estima que en total llegaron 20 a 25 a la ciudad y que alrededor de 10 atropellaron la Comisaría a la 01:00 de este martes.

Primeramente redujeron al suboficial que estaba de guardia, luego a otro que estaba descansando en una pieza y posteriormente dieron con el comisario.

“Primero le redujeron al suboficial, después patearon y echaron mi puerta. Y ahí lo que me pusieron cuerpo tendido boca para abajo, me patearon varias veces y también a los oficiales le patearon. En un momento dado yo levanté la cabeza y le miré a uno y posiblemente le hice enojar y por eso es lo que me pegaron por la cabeza, porque le miré la cara”, recordó en comunicación con radio Monumental 1080 AM.

A raíz del golpe, el jefe policial tiene tres puntos en la cabeza.

Los tres agentes fueron esposados y encerrados en el calabozo, desde donde escucharon el operativo para robar el cajero automático del Banco Nacional de Fomento (BNF) que se encontraba en la entrada de la sede policial y que desde hace dos semanas no estaba funcionando.

Los delincuentes arrancaron el equipo con la propia patrullera de la Comisaría y quedó con varios daños.

El grupo que portaba armas largas y cortas aparentemente manejaba información porque coincidentemente se cargó dinero a la máquina entre las 9:30 y 11:00 de este lunes.

Vecinos liberaron a policías

El atraco duró aproximadamente 30 minutos, posteriormente los pobladores acudieron a la Comisaría. “Los vecinos nos auxiliaron, rompieron el candado del calabozo con un hacha”, relató Bareiro.

Los criminales hablaban en portugués y guaraní, uno de ellos alentaba a disparar a los policías.

“En ese momento me tranquilice y dije en mi cabeza que pase lo que pase, me agarró una tranquilidad en ese momento. Me tranquilicé prácticamente como se dice, porque en todo momento uno decía jajuka, jajuka, jajukapaite chupekuéra”, contó sobre el momento de la violenta toma de la sede policial.

En el lugar hay apenas cinco uniformados que se dividen en dos grupos. “La comunidad en sí es bastante tranquila, prácticamente no tenemos nosotros hechos punibles en cuanto a delincuencia urbana y rural, como se dice, pero esta vez nos tomó de sorpresa”, dijo el comisario.

La comisaría más cercana está a unos 10 a 17 kilómetros.

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