Se practicó la autopsia a los cinco fallecidos el domingo en Amambay. Tres murieron en enfrentamiento.

Una lluvia de balas acabó con la vida de Osvaldo Villalba, “el más grande terrorista que tuvo el Paraguay” en palabras del comisario antisecuestro Nimio Cardozo.

“Él presentaba 16 orificios de entrada, 4 de salida, 20 en total; todos disparos de larga distancia”, informó el médico forense Pablo Lemir, luego de la autopsia a los tres miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo y a los dos indígenas acribillados por el grupo criminal.

Luciano Argüello, otro de los abatidos por la Fuerza de Tarea Conjunta, recibió tres disparos desde lejos. El tercer supuesto miembro de la banda aún no fue identificado y por eso le van a analizar los dientes. Él acusó un disparo también de larga distancia y otro más cercano que impactó en el cráneo.

Indígenas asesinados
Los nativos de la comunidad Jasuka Venda presentaron disparos desde lejos y signos de tortura como varios golpes en la cara y la cabeza. A Rodrigo Gómez le encontraron tres orificios de entrada y otros 3 de salida.

El otro nativo identificado por sus familiares como Alcides Morilla Romero tenía nueve heridas de bala. Él era un líder espiritual entre los Pa’î Tavytera.

El herido tiene un daño irreversible en la columna, según el médico.
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