Usó el celular de su papá para hacer la llamada al 911, por lo que el señor está detenido y va a ser imputado.

La amenaza de bomba que recibió un colegio de Capiatá, en el Departamento Central, resultó ser una broma de mal gusto, realizada por un alumno de la institución, para evitar que se lleve a cabo un examen.

La llamada fue realizada en la mañana del lunes, por lo que se tuvieron que suspender las clases y el lugar fue evacuado.

Fueron convocados expertos de la Fuerza de Operaciones Policiales Especiales (FOPE), pero no hallaron ningún explosivo ni objeto sospechoso alguno.

Entonces, se inició la investigación de caso y mediante un trabajo de la Dirección de Cibercrimen, se pudo determinar de qué número fue realizada la llamada al Sistema 911 y fue identificado el dueño del celular, quien resultó ser un hombre de 50 años, detenido en su propia casa, ubicada en la misma zona del colegio.

Luego, se supo que en realidad fue su hijo, de 13 años, quien realizó la llamada, desde el teléfono de su padre, quien podría ser imputado por amenaza de hecho punible y, si se confirma que la llamada fue realizada por el joven, sería imputado por violación al deber del cuidado.

Al principio, los investigadores admitieron desconocer el motivo de la amenaza, pero se aclaró el tema, tras la confesión del chico.

Los nombres del padre y de su hijo, así como el de la institución educativa son omitidos, en cumplimiento del artículo 29 del Código de la Niñez, que prohíbe “publicar por la prensa escrita, radial, televisiva o por cualquier otro medio de comunicación, los nombres, las fotografías o los datos que posibiliten identificar al niño o adolescente, víctima o supuesto autor de hechos punibles”.

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