Me contaron que bajo el asfalto. Este es el nombre de un tema que la cantante argentina Sandra Mihanovich había popularizado en la década de los 90. Por aquellos años, muchos ya solo supieron del adoquinado que pasaba frente al Palacio de Gobierno por lo que les habían contado sus mayores.

Dicha vía quedó oculta en mayo de 1989, cuando el presidente Andrés Rodríguez había resuelto asfaltar la calle que pasa frente a la sede gubernativa. Pero ahora el pasado vuelve a emerger. El proyecto de restauración del Palacio y su entorno ya deja a la luz el patrimonio histórico de la ciudad y el país.

HISTORIA. El adoquinado de granito había llegado al país como lastre de los barcos. Fue comprado en 1928, durante la presidencia de Eligio Ayala, y colocado ese mismo año para la asunción al mando de José P. Guggiari, rememoró el historiador Herib Caballero Campos.

Existen versiones encontradas sobre el origen. Algunos señalan que llegaron de Suecia, otros afirman que vinieron de Francia.

La última versión cobra fuerza, al tomar en cuenta la descripción de la vía que da el arquitecto y coordinador del área de Teoría del Urbanismo en la UNA, Carlos Zárate. “Seguía una trama, un patrón del tipo francés”, refiere.

Para cubrir dicho adoquinado, se utilizó como excusa que hacía resbalar a los caballos. Sobre la calle El Paraguayo Independiente se realizaban los desfiles militares en mayo.

Herib Caballero cree que la verdadera razón residía en la seguridad de la sede presidencial, considerando que dicho pavimento hacía el tránsito más lento. Sin embargo, Carlos Zárate considera que un gobierno militar, como el de Rodríguez, no ocultaría el motivo si se trataba de preservar la seguridad.

El cambio podía tener otro motivo, señala Caballero. La necesidad de renovar todo luego de la caída de la dictadura de Stroessner.

IMPORTANCIA. Tanto el historiador como el arquitecto destacan la puesta en valor del patrimonio histórico, a redescubrir esta parte de la historia.

Sin embargo, Caballero señala que podía haberse hablado un poco más con urbanistas y la misma Municipalidad antes de emprender los trabajos.

Zárate, también docente del área de patrimonio en Villarrica por la UNA, resalta el valor estético e histórico del adoquinado de granito.

Revela que muy pocas calles contaron con ese material. En otras arterias del microcentro, el pavimento estaba compuesto por madera, que se deterioraba con el clima./Ultima Hora