Tal vez fue su voz —”voluptuosa, en carne viva”— o tal vez fue el movimiento de las famosas piernas largas, la impresión de asistir a un despliegue de sexualidad femenina libre del temor que acompaña a una chica cuyo padre se metía en su cama cuando tenía cinco años. “La reina del rock’n’roll parecía tanto una chamana como una cantante. Supe instintivamente que había sufrido abuso y dolor. Los sobrevivientes tenemos una especie de radar”, escribió en la nota sobre el nuevo libro de Turner, y también sobre Turner, que a los 81 años sigue siendo una inspiración para millones.

“Pero lo que me resultó impactante, sanador, asombroso, fue su capacidad de transformar públicamente ese dolor en poder. Vi lo que el cuerpo y el espíritu femenino podían hacer, y yo también quise hacerlo. Fue como si de repente se abriera cada portal de mi joven ser. En retrospectiva, sé que nunca hubiera escrito Los monólogos de la vagina sin que me pasara Tina Turner” dijo Eve Ensler, autora de la entrevista.

Esa facultad para transfigurar la experiencia parece entera en lo que Turner llama, con calma, los últimos años de su vida. Escribió en Happiness Becomes You (La felicidad te sienta bien), “una guía para cambiar tu vida para siempre”, según subtituló este libro: “¿Cómo superé tantos problemas graves? Puede que conozcas la lista, que es larga: una niñez desdichada, el abandono, un matrimonio abusivo, una carrera estancada, la ruina financiera, la muerte prematura de familiares y muchas enfermedades. Hubo muchas circunstancias y fuerzas externas que no pude cambiar o controlar, pero la revelación que me cambió la vida fue que yo podía cambiar mi manera de responder a esos desafíos”.

El libro trata sobre esa revelación: “Donde vaya, me conmueve cuando la gente me dice cuánto la inspiró mi historia de vida, los desafíos que superé en mis ocho décadas en este planeta. Soy una sobreviviente por naturaleza, pero he tenido ayuda, y no me refiero al éxito o al dinero, aunque he sido bendecida con las dos cosas. La ayuda que ha sido esencial para mi bienestar, mi alegría y mi resilencia es mi vida espiritual.

Eso, que definió como un trabajo y una travesía, le fue de provecho hace poco: “He pensado mucho sobre la adversidad en la última década, mientras luchaba contra una serie de crisis graves de salud, que casi me mataron. Mientras las atravesaba, tuve muchas oportunidades de examinar mi vida y hacerme algunas preguntas difíciles”. Sintetizó: “La ayuda más valiosa viene del interior y la paz llega cuando los individuos trabajamos para convertirnos en seres mejores.

Por eso aunque V tenía “una tonelada de preguntas para Tina”, las dejó a un lado y se concentró en el libro que la artista escribió en Suiza, donde vive, sobre su práctica budista. Como Turner, la autora de Los monólogos de la vagina y The Apology practica el budismo nichiren, una rama del mahayana distinta del zen y basada en las enseñanzas del japonés Nichiren y en el Sutra del Loto, con muchas escuelas.

En cada una de sus líneas sentí su impulso vital, una felicidad indestructible”, describió en The Guardian su experiencia al leer Happiness Becomes You. “Fue este impulso vital el que llevó a su existencia el amor verdadero y la hizo atravesar el suicidio de su hijo mayor, como su propio cáncer, derrames cerebrales y otros problemas de salud difíciles”. Craig Turner se quitó la vida en el verano boreal de 2018; el verano anterior ella necesitó un transplante de riñón, que le fue donado por su esposo, el productor musical alemán Erwin Bach, con quien se casó en 2013 luego de 27 años de convivencia.

Una vez que decidí que mi estándar personal de belleza sería el mío propio, pude por fin apreciarme a mí misma

V: —Tu nuevo libro es muy esperanzador, y comenta algunos momentos duros en los cuales convertiste lo negativo en positivo, o como tú dices: “Trasformé el veneno en medicina”. ¿Significa eso que no guardas resentimientos?

Tina Turner: —Supongo que podría parecer natural que uno se sintiera resentido por las situaciones malas o por el comportamiento malo de otras personas, pero eso no está en mi naturaleza. Siempre he sentido que lo más importante no es lo que nos sucede sino cómo elegimos reaccionar. Yo libero los sentimientos negativos tomándome en serio la importancia del perdón y la introspección, en lugar de la culpa. Así es como quebré los ciclos de negatividad en mi vida.

En su juventud, puso como ejemplo, esa negatividad estaba en su interior. “Mi percepción de mí misma era negativa. No me importaba mi aspecto, en particular el de mis piernas, lo cual es gracioso hoy porque me volví casi tan famosa por las piernas que por mi talento. Pero una vez que decidí que mi estándar personal de belleza sería el mío propio, y que nunca me compararía con los demás, pude por fin apreciarme a mí misma completamente. Así cuando me cruzaba la cabeza un pensamiento negativo, lo reemplazaba repitiendo muchas veces uno positivo, y funcionaba de maravillas”.

Libero los sentimientos negativos tomándome en serio la importancia del perdón

En esa forma de introspección el budismo juega un papel: “La voz lleva a cabo la tarea del Buda”, dijo Nichiren en el siglo XIII, y los practicantes dicen en voz alta la invocación “Nam Myōhō Renge Kyō”El recitado y la repetición son prácticas centrales.

También yo he salmodiado durante muchos años “Nam-myoho-renge-kyo”, así que estoy familiarizada con esta tradición budista. ¿Cómo la encontraste tú? ¿Qué te hizo continuar? ¿Cómo te ayudó a encontrar el coraje de romper con un ex abusivo y volverte independiente?

Turner: —En realidad, el budismo me encontró a mí. El abuso que sufrí en mis veintes y mis treintas se había vuelto obvio para quienes me rodeaban y en distintos momentos varios de ellos sugirieron que aprendiera algo sobre budismo. Decían que podía ayudarme a cambiar mi vida. Pensé que no tenía nada que perder, así que al final probé. Y continué porque funcionó. Me llevó algún tiempo desarrollar la confianza y el coraje para finalmente defenderme a mí misma. Pero una vez que pude hacerlo, abandoné ese ambiente insalubre en mis propios términos y sin remordimientos.

No fue sencillo: su carrera estaba ligada a Ike Turner, y cuando se separó en 1978 pasó mucho tiempo sin pisar un escenario. De a poco logró sacar algunos hits, y en 1984 su primer álbum exitoso como solista, Private Dancer. Dos años más tarde publicó Yo, Tina, su debut en la escritura y la base de la película nominada al Oscar What’s Love Got to Do with It, de 1993. No sólo recuperó su popularidad: la multiplicó. Antes de retirarse llegó a ser la cantante solista que vendió más entradas para conciertos en la historia.

No lo vivió como una revancha, según su libro: para entonces ya había aprendido a perdonar, algo “muy importante para la salud mental”, comentó a V. “Perdonar a la gente no significa que uno condone su mal comportamiento. Creo que la ley de causa y efecto es estricta y nadie puede escapar a los efectos de sus acciones, más allá de que uno los perdone o no. Pero no hace falta cargar con el peso del dolor, la ira y el rencor: podemos dejarlos ir. Aferrarse a esos sentimientos tóxicos sólo nos hace daño y nos mantiene vinculados a la negatividad. Prefiero la mentalidad liberadora del perdón, que es sanador y me ayuda a estar entera”.

De muchos modos, 2020 ha sido un año para descartar lo superficial a fin de revelar las realidades verdaderas”, argumentó en la entrevista con V. “La pandemia y otras cosas que han causado sufrimiento durante mucho tiempo se han vuelto muy claras para todos. Y la claridad tiene un valor, en el sentido en que sirve a nuestro crecimiento. Por eso cuando hablo de ver con claridad, me refiero a reconocer el valor de todas nuestras experiencias, positivas y negativas, a lo largo de nuestras vidas, porque siempre hay algo que aprender de ellas. Siempre hay un poco de fortuna en el infortunio”.

En The Guardian Turner habló también de su niñez en Nutbush, una localidad rural de Tennessee, en la década de 1940: “Pasar tiempo en la naturaleza fue mi refugio favorito en la infancia. Fue una influencia sana para moldear mi mundo interior y me ayudó a escuchar a mi corazón. Tengo buenos recuerdos de aquellos días, sobre todo de la alegría que me causaba cantar en la escuela y en la iglesia. Eso me ayudó a prepararme para mi carrera. Soy una chica del campo, en el fondo, y por eso siempre me ha encantado el lugar donde vivo en Suiza, rodeada de la madre naturaleza”.

Su niñez también tuvo nubarrones: luego de años de conflicto matrimonial, su madre abandonó el hogar cuando ella tenía 11 años y nunca se comunicó con ella; dos años más tarde su padre la dejó también, para ir a trabajar a Michigan.

V: —Has escrito sobre el hecho de haber sido la hija de una mujer que no te quiso. Tampoco a mí me amó mi madre, y conozco el impacto de largo plazo que eso puede tener: ¿qué le dirías a la gente que puede tener una situación similar sobre el modo en que lo superaste?

Turner: —La sanación, derivada de mi práctica espiritual, me enseñó que tanto si recibimos el amor nutritivo de una madre o un padre como si no, podemos convertirnos en esa fuente de amor, para nosotros mismos y para los demás —argumentó—. El rechazo de mi madre me llevó, más adelante en mi vida, a buscar el amor en lugares que no resultaron buenos para mí. Pero con el tiempo aprendí a amarme a mí misma y a revelar mi luz interior, algo que todos tenemos. Así fui capaz de aceptar todos los defectos e imperfecciones de mi vida, de valorar tanto los tiempos difíciles como los buenos, y de dejar atrás las heridas del pasado. Esa es la verdadera libertad.

V: —Si pudieras regresar a tu infancia y decirte una sola cosa, ¿qué sería?

Turner: —Lo mismo que me gustaría compartir con todos: “Tú, exactamente tal como eres, mereces todo el amor, la amabilidad y la alegría del mundo”.

Así lo formuló en su libro: “Gracias por ser tú, exactamente como eres. Gracias por el tapiz de las experiencias de tu vida, que te ha traído a leer estas palabras que he escrito para ti. Gracias por abrir este libro, de manera tal que yo pueda compartir contigo las lecciones espirituales que he aprendido durante más de 80 años de vida”.

La entrevista también habla de la actualidad de Turner, quien se ha retirado. O más o menos. “Tengo todo el tiempo del mundo para estar en casa. Tiempo para relajarme, para reflexionar y para apreciar el simple hecho de estar”, contó a V, y agregó: “Me encanta crear proyectos nuevos, que puedo hacer a mi propio ritmo”. Entre ellos, además de los musicales —como los álbumes de Beyond y las nuevas producciones de The Tina Turner Musical, este libro, el tercero que publicó luego del que fue filmado y de sus memorias, My Love Story, de 2018.

“También he tenido tiempo para reflexionar sobre muchísimos recuerdos hermosos de las giras por el mundo. Antes de cada espectáculo salmodiaba y rezaba por la felicidad de todas las personas que habían ido a verme. Cuando estaba concentrada en el escenario, sentía como si estuviera volando. Mi carrera en el rock fue un sueño hecho realidad, de veras”, definió. “No sucedió simplemente, por supuesto, ¡hizo falta mucho trabajo! Hice lo que quería hacer, y siento mucho orgullo de haberlo hecho a mi manera. En retrospectiva lo puedo ver aun más claramente”.

Esa manera personal de hacer las cosas es, según su libro, la naturaleza iluminada que cada persona posee, “que es más poderosa que cualquier obstáculo que enfrentemos”, explicó Turner. Incluso en lo que respecta al cuerpo: “La enfermedad me ha permitido valorar más la salud y me recuerda que disfrute cada día al máximo”. Esa, cree, es la lección que la vida le ha enseñado y que ella quiso transmitir en Happiness Becomes You: “Como he aprendido una y otra vez, es muy importante no rendirse jamás”.

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