Tras la frenética disparada de casos de Covid-19, atribuida a la variante ómicron, las proyecciones hechas para Paraguay indican que el pico de contagio seguirá un camino inverso, mediante un descenso vertical a partir de fines de enero. No obstante, en febrero tendría lugar una nueva ola de hospitalizados, la cual golpearía con fuerza en la primera semana del mes entrante.
Esto es lo que muestra la proyección del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME, en inglés) con datos observados hasta el 6 de enero (ver imágenes).
“Las proyecciones a corto plazo son factibles, son las que se dan en un mes; cuando más te alejás de tu proyección es menos probable que pueda ser más asertiva; pero esta proyección realmente se adecua bastante bien a lo que va sucediendo”, suscribe la Dra. Sandra Irala, directora de la Dirección General de Vigilancia de la Salud.
Para el Dr. Fernando Galeano, presidente de la Sociedad Paraguaya de Infectología, esta tendencia es lo que se vio primero en Sudáfrica: “La variante copó en un mes y más o menos en un mes tuvo su pico y su descenso rápido”.
Coincide con esa proyección aunque “predecir en qué momento vamos a llegar a nuestro pico es un poco difícil”, separa al dar cuenta que son proyecciones frías que están sujetas a la dinámica social.
El IHME se basa en los niveles de casos reportados hasta la fecha señalada y marca que para el 26 de enero el reporte de casos estimados será de aproximadamente 6.675 casos diarios. “Ahora estamos entre 3.000 a 4.000, estamos cerca y tiene un rango muy variable entre bajo y alto que puede ser de 11.000 casos”, comparte la epidemióloga.
¿Por qué sube y baja tan rápido? Irala explica que la transmisión es muy alta y mucha gente se contagia al mismo tiempo. “Antes usábamos mucho el rastreo de contacto para cercar al virus. Pero, ahora en un mismo núcleo familiar ya prácticamente todos están contagiados y anteriormente, con el periodo de incubación más largo, se podía tomar algunas medidas, pero ómicron no da tiempo”, expone y apunta que este comportamiento “es lo que se está viendo en otros países y se espera que aquí también ocurra porque evidentemente este aumento de casos se trata de la variante ómicron”.
Recuerda que desde fines de 2020 se tuvo un aumento sostenido de casos por largo periodo de tiempo en una meseta interminable.
“Entonces, se producían muchos casos y fallecidos; ahora hay un ascenso muy rápido de casos que en su mayoría pueden ser leves, pero es tanto el contagio que la proporción de hospitalizados se puede tener mucho igual”, avisa.
A lo que Galeano añade: “Nos esperan todavía unas semanas probablemente de miles de casos diarios; esperemos nomás que eso no se traduzca en hospitalizaciones”.
El infectólogo señala que por las características propias de esta variante del virus, “hay estudios que hablan de que tiene una mayor afinidad por los receptores de las células ubicadas en la parte superior del tracto respiratorio (nariz, boca, etc.) y de ahí que sean menos graves. Pero hay casos de neumonías, infecciones severas también”, refiere. Por lo que, “al tener la explosión de muchos casos en simultáneo pueden haber gente que precise internación”.
A su entender, en la medida en que la gente se mueva internacionalmente eso puede predisponer a estirar un poco más el pico e, incluso, tener pequeños picos secundarios. “Al tener más gente que entra, puede entrar con una nueva variante y eso puede volver a ser un foco de propagación”, sostiene.
A Irala no le preocupa tanto la vuelta de los vacacionistas. “En este momento, la posibilidad de contagiarte acá, en Brasil, o en Argentina, es la misma. Es la misma variante y no representa un mayor riesgo contagiarte de un lado o del otro de la frontera. Ahora, siempre es más riesgoso cuando salís del ambiente del Cono Sur por el temor de que puedan surgir nuevas variantes; aunque de la forma en que se está comportando esta, tal vez indique el camino hacia la endemicidad”.
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