Actualmente el Ministerio de la Niñez trabaja con una campaña que busca erradicar la violencia de la vida de los niños y rellenarlas de amor.

La educación es muy importante y cuando se trata de niños y niñas, más aún. Pero es importante entender que cuando se habla de disciplina, no es necesaria la violencia. Muchos padres creen que castigar con un cinturón o una zapatilla es una buena práctica y que no tiene que ver con la violencia. Según datos del Ministerio de la Niñez, un 84 % de padres usa medios violentos para disciplinar a sus hijos.

Teresa Martínez, Ministra de la Niñez y la Adolescencia (MINNA), comentó que la campaña que han emprendido desde el MINNA, denominada “Rellenos de amor”, tiene como objetivo promover un ambiente seguro y de cariño en las familias.

“Empezamos con el lazo verde señalando la existencia de la violencia, lanzamos para desnaturalizar esos procesos de abuso. Tenemos los números que espantan, surge la segunda parte que es para borrar la violencia de la vida de estos niños” explicó la ministra.

Mencionó que es necesario que la familia vuelva a ser el espacio natural para su desarrollo con cariño, amor, educación y sacar esas pautas de crianza actuales, que consultado a los mismos chicos, el 84 % de los papás usan como método de disciplina y eso genera más violencia.

“Si estamos enseñando a los chicos que con la fuerza, con la violencia cómo resolver, cómo disciplinarse, cómo imponer ideas, tenemos resultados de violencia en todos los espacios y los chicos crecen en ese entorno. Salen de las casas generando más violencia en la escuela, en la cancha, en sus juegos, porque tenemos pautas de violencia de crianza” sostuvo.

Indicó también que ese es el objetivo de esta campaña que busca erradicar la violencia de la vida de los pequeños, desde su primer núcleo que es la familia, convirtiéndolos en espacios saludables y libres de violencia.

Lucha contra la violencia

Manifestó que Paraguay es país pionero en la lucha contra la violencia y se destaca en el marco del compromiso que hace el 16.2 de los 20 compromisos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 “donde estamos trabajando en la erradicación de la violencia” expresó.

Explicó dentro de la gama de actividades que llevan a cabo, que se trabaja con etapas y hay que enseñar cómo se va a hacer el proceso de educación de los niños. Enseñar a los padres cómo hacer con los no, cómo trabajar desde pequeños para evitar los no, los limites para no usar la violencia.

Señaló además que estos temas son delicados, porque conforman el mundo privado de cada familia, pero al ser de esta forma, se les convocan a espacios públicos. “Trabajamos con las personas, con los niños, les mostramos la estimulación temprana, con un montón de actividades para que se desarrollen mejor, y los tips o técnicas de cómo manejar a un niño sin llegar a un extremo de violencia” expuso

Con relación a un aspecto de la realidad y que tiene que ver con el creciente número de madres adolescentes, mencionó que muchas de ellas, dando a luz muy jóvenes y por la misma fragilidad de sus edades en donde no saben dominar su propio humor, mucho menos pueden manejar a un pequeñito. “Hay que darles herramientas para trabajar con sus niños” aseguró.

El dolor no educa

“Por más que uno crea que una nalgada es una acción disciplinaria nada más, sin embargo, eso no educa, eso duele. El dolor que siente el niño ya lo marca, entiende que necesita sentir dolor para lograr sus propósitos, no va poder debatir ni discutir, sino imponerse por la fuerza, por la violencia” puntualizó.

Refirió también que el miedo es una herramienta muy mala para educar. “Estamos trabajando en eso, departiendo tanto con el ministerio de salud que tiene escuelas saludables en coordinación con el MEC y libres de violencia que está coordinado con otros ámbitos públicos y buscamos que los padres comprendan el impacto que se da en los chicos a raíz eso”.

Motivo de felicidad

Comentó también que se trabaja desde la primera infancia y luego con la adolescencia, ya que también está muy arraigada la violencia entre ellos. “Si no trabajamos con esos chicos que comienzan su desarrollo en su cerebro, que sabemos deben ser atendidos con la ternura los juegos de los padres, queremos que los papás disfruten de sus hijos, jugando, divirtiéndose, relajándose. Están en un ambiente saludable con su hijo, y no con la tensión que se convierta en un verdadero stress, donde es una presión, eso es lo que debemos cambiar, y si disfrutan con sus hijos, por supuesto no van a necesitar la violencia, necesitamos que eso se renazca, que los niños sean motivo de felicidad en la familia” resaltó.

Agregó también que se trabaja en los departamentos del interior del país y de ahí hacia los centros más poblados.

Por último,la ministra indicó que es todo un proceso que debe perdurar para ir cambiando y generando un espacio de amor, seguridad y cariño para los niños, ya que últimamente la familia ha dejado de ser un lugar seguro y es necesario retomar el sentido de la misma como lugar seguro y de pleno amor, según informó el periódico La Nación.