El Ministerio de Justicia presentó oficialmente a los integrantes de la nueva unidad canina del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Minga Guazú, entre ellos, el labrador Tom y la pastora alemana Luna.
La nueva unidad canina del penal se empleará para mejorar la seguridad, la detección y la búsqueda de sustancias ilícitas y de personas.
La presentación se llevó a cabo en un acto oficial realizado en Cereso, con la presencia del ministro de Justicia, Rodrigo Nicora.
En la ocasión, fueron presentados Milo, un pastor alemán macho de tres años, que cuenta con una sólida formación. Fue capacitado en el curso de “Búsqueda de personas en estructuras colapsadas”, desarrollado en Río Cuarto, Córdoba, Argentina, en el 2023.
Asimismo, Milo posee entrenamiento en técnicas de ataque, defensa y desarme, convirtiéndose en un recurso estratégico para misiones de seguridad y rescate.
De igual manera, se presentó a dos jóvenes perros que próximamente iniciarán su formación especializada.
Por un lado, Luna, un pastor alemán hembra de cuatro meses, que empezará su capacitación en detección de narcóticos, con miras a reforzar los controles preventivos en los centros penitenciarios, y por otro lado, Tom, un labrador macho de cuatro meses, que será destinado igualmente al curso de detección de estupefacientes, para fortalecer al equipo antidrogas de la institución.
Los perros estarán bajo el cuidado y entrenamiento del agente penitenciario Alejandro Mareco, encargado de la sección K-9 del establecimiento.
En el acto, el ministro Nicora resaltó la importancia de invertir en recursos especializados como los caninos y señaló que “estos perros no solo representan un avance en términos de seguridad, sino que también aportan un valor humano y táctico invaluable en situaciones críticas”.
Los canes, altamente capacitados, poseen la capacidad de detectar drogas en cantidades mínimas y de esa manera contribuyen significativamente a la prevención del ingreso de sustancias prohibidas al penal.
Asimismo, el Ministerio señaló que la presencia de los perros genera un efecto disuasorio tanto en los internos como en los visitantes, quienes, al conocer la rigurosa vigilancia, reconsideran posibles intentos de introducir drogas en los recintos penitenciarios.
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