Al menos tres personas han sido rescatadas hoy de la gruta del norte de Tailandia donde llevaban atrapadas más de dos semanas y de donde se espera que salgan las dos que faltan a lo largo de la jornada para completar el rescate.
Los rescatados salieron de manera escalonada, el primero abandonó la cueva a las 16:12 hora local (09:12 GMT) , el segundo salió a la 16:33 (09:33 GMT) y el tercero apareció a las 17:13 (10:13 GMT). según el diario tailanés KhaoSod.
El tercer rescatado tiene 11 años y es el más pequeño del grupo.
Los nuevos liberados se suman a los ocho chicos rescatados el domingo y el lunes y que permanecen ingresados en el hospital provincial de Chiang Rai, donde no se les ha detectado problemas graves tras una evaluación de salud.
Las autoridades aún no han ofrecido una confirmación oficial de los últimos rescatados. El contingente internacional de buzos rescatistas volvió a entrar en la cavidad esta mañana a las 10:09 hora local (03:09 GMT) con el objetivo de regresar con las cinco personas que seguían en el interior de la cueva, en una gruta a unos cuatro kilómetros de la entrada, dijo Narongsak Ossottanakorn, portavoz del operativo. “Hoy sacaremos a los cuatro niños y su entrenador”, aseguró Narongsak durante la rueda de prensa matinal.
El oficial indicó que otras cuatro personas -un doctor y tres miembros de la Marina- también abandonarán la gruta tras permanecer varios días en tareas de asistencia médica y psicológica del grupo atrapado. El rescate comenzó el domingo y precisó once horas para sacar a cuatro chavales.
Tras un descanso de 14 horas para rellenar las botellas de aire y revisar los planes, se retomaron las operaciones el lunes y se sacó a otros cuatro chicos en nueve horas.
Esta tercera operación sacará a los cuatro estudiantes y el profesor que faltan y podría ser más lenta por el mayor número de evacuados y por las lluvias que cayeron en la región durante toda la noche y parte de esta mañana.
“Hoy tomará más tiempo que otros días, pero finalmente lo vamos a celebrar juntos”, indica un mensaje publicado por la Marina tailandesa esta mañana. Los buzos, junto a las personas atrapadas a unos cuatro kilómetros de la entrada, tienen que superar un laberinto de galerías parcialmente inundadas y con desniveles y visibilidad nula.
Los niños, muchos de los cuales no saben nadar, comenzaron a tomar sus primeras lecciones de buceo a comienzos de mes. Cada uno de ellos va acompañado de dos profesionales, uno delante y otro detrás, que llevan la bombona de aire que le permite respirar.
El chico lleva una máscara que le cubre la cara y que le permite estar en contacto directo con los buzos, quienes le van indicando qué hacer.
El grupo sigue una guía tendida, pero una parte importante del trayecto es bajo el agua, y se toman un descanso en el campamento B, situado a unos 2,5 kilómetros de la entrada.
Las precipitaciones son una de las principales preocupaciones de las autoridades porque el agua filtrada por el monte puede volver a inundar las galerías y anular el drenaje efectuado.
Equipos militares se encuentran en el exterior de la montaña con la tarea de bloquear la entrada de agua hacia los túneles subterráneos.
Los trece -doce escolares de entre 11 y 16 años y su tutor de 26- se internaron en las galerías el sábado 23 de junio tras finalizar un entrenamiento de fútbol cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad y les cortó la salida.