César Recalde vivía con su esposa, su hija, su suegra y dos perros en una vivienda en el barrio Amanecer de la ciudad de Limpio, en Central, pero las intensas lluvias causaron estragos y dejó a casi toda la ciudad bajo agua. El hombre, pese a perder todo lo que tenía, no perdió su sonrisa.

“Un día sin reír es un día perdido”, dijo alguna vez el legendario humorista Charles Chaplin, y un claro ejemplo de esta expresión es César Recalde y su familia, quienes tuvieron que abandonar su vivienda y poner sus vidas a salvo tras las inundaciones que dejaron a Limpio bajo agua.

Pese a la difícil situación, resaltó en él su sentido del humor y solidaridad, ya que ayuda a otros vecinos que están en la misma situación.

Las intensas lluvias llegaron a varias ciudades de Central durante la madrugada de este miércoles, dejando a su paso caos, caminos clausurarlos y cientos de viviendas completamente inundadas.

Todo fue muy rápido; el agua iba ganando terreno y fuerza, entrando por las ventanas y puertas.

“Yo estaba llevándole a mi hija ka’iro (sobre mis hombros) y algunas ropas que rescatamos porque ya no había más caso, tuvimos que abandonar la casa. Lo que rescatamos fue un par de ropas, cargador, celular, billetera y a nuestro perro y abandonamos el barco, como dice el refrán”, relató César en contacto con radio Monumental 1080 AM.

Un día después volvió a su casa con la esperanza de salvar algo, pero el agua dejó rastros en toda su vivienda, ubicada en el barrio Amanecer. “Ahora volví a casa para ver qué podemos rescatar. El agua dejó rastros, todo está un desastre”, describió el hombre que se desempeña como chofer de una empresa.

La familia tenía un vehículo que también quedó con severos daños.

“El agua subió hasta el cuello”, manifestó y resaltó la solidaridad entre vecinos, ya que entre ellos se ayudaron y lograron ponerse a salvo.

“En mi cuadra nadie se acercó para ayudar (autoridades, ni políticos). Gente de buena voluntad nos ayuda con ropa y comida”, prosiguió. Hace ocho años vivió una situación similar, pero el agua no subió tanto.

La familia Recalde tampoco dejó atrás a sus perros. Los peludos están a salvo y con sus amos.

“Yo vivo con mi señora y con mi suegra, y ellas se desesperaron por las cosas materiales, pero al ver todo bajo agua dije ‘¿para qué me voy a poner nervioso?’. Confié en que la gente me iba a ayudar y así fue”, sostuvo.

Por último, consideró que lo que ocurrió el miércoles con la ciudad no es solo un problema municipal, ya que prácticamente todo el país no está preparado para este tipo de inundaciones.

“Deberíamos tener canaletas adecuadas que lleven el agua directamente al río. No es tan difícil implementar túneles en cada cuadra para evitar situaciones como esta. Plata hay, inteligencia lo que no y como no les afecta a ellos, no hacen nada”, concluyó.

Para ayudar a César y a su familia pueden contactarse con él al (0981) 973-954.

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