Un informe preliminar descartó que la inoperatividad de la terapia neonatal del Hospital Regional de Villarrica, inaugurada por el presidente Santiago Peña, haya influido en la muerte del recién nacido Osmán, pero que eventualmente hubiera necesitado traslado a un centro de “mayor capacidad resolutiva”.
Un informe preliminar sobre la auditoría médica realizada en el Hospital Regional de Villarrica, después del escándalo que desató la muerte de un bebé que no pudo acceder a terapia intensiva en la ciudad, señaló que Osmán recibió una atención “correcta y oportuna”, acorde a los protocolos vigentes y en relación a su diagnóstico.
Al recién nacido se le detectó hipertensión pulmonar, mientras que la madre era una paciente diabética con presión alta.
“Independientemente de contar o no con cuidados intensivos con soporte ventilatorio en el servicio, el nivel de complejidad en este caso no hubiera sido suficiente, requiriendo finalmente su traslado a otro centro con mayor capacidad resolutiva de igual manera”, se lee en el documento.
Osmán tuvo que ser trasladado al Hospital Materno Infantil de Trinidad, en Asunción, donde, luego de luchar por su vida, finalmente falleció. Esperó 12 horas para ingresar a la UTI de alta complejidad en la capital del país.
Aunque en el documento afirmaron que “no hubo demoras significativas en la instauración del tratamiento, ni tampoco en el traslado del paciente al centro de derivación”.
Días antes de su nacimiento, en el Hospital Regional de Villarrica se había inaugurado una terapia neonatal, pero cuando se requirió la atención, la misma no estaba habilitada por obras de refacción.
No obstante, el informe menciona que la inoperatividad de la UTI no incidió en su muerte.
Sobre la atención prenatal, indicaron que la madre se realizó los controles suficientes, pero “impresiona una mala calidad, ya que no se cuenta con información suficiente sobre solicitud de estudios complementarios importantes teniendo en cuenta la gestación de alto riesgo”.
Se asegura, a su vez, que la atención brindada a la madre desde su ingreso al hospital y hasta su alta médica fue la “adecuada”; además se descartaron inconvenientes en el proceso de parto.
Constatan problemas de infraestructura
Los intervinientes hallaron que el área de atención obstétrica es pequeña y que carece de espacios físicos para la recepción, acogida y clasificación de las pacientes (RAC).
La sala de prepartos posee una equitación muy básica, no cuenta con monitor multiparamédico para la monitorización continua de embarazadas de alto riesgo; tampoco tiene sistema de aire medicinal central ni posee un reanimador de pieza en T.
En tanto, la sala de cuidados intermedios no se encuentra en funcionamiento debido a problemas con el drenaje cloacal.
Señalaron que en el área de atención obstetricia no se tiene la cantidad de recursos humanos necesarios para la implementación del sistema RAC.
“No hay protocolos ni planes de contingencia establecidos en caso de refacciones que impliquen un cierre temporal de unidades o disminución en el número de camas disponibles”, subrayaron.
El informe consta de 10 páginas y se remitió el pasado 10 de marzo al doctor Gustavo Vidal Torres, director general de Desarrollo de Servicios y Redes de Salud, pero fue firmado por la doctora María Viviana Díaz, jefa de Urgencias de la Dirección de Terapias Intensivas.
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