Además de ayudar a pacientes con COVID-19 como profesional, hoy lo hace con su propio plasma, extraído de su sangre.Con él, son 14 los donantes convalecientes de plasma en CDE, hasta el momento. A nivel país, suman 40 recuperados de COVID-19 que dijeron sí a la donación, lo que permitió transfundir a 20 pacientes.
El doctor Arturo Ramos es funcionario del Ministerio de Salud desde hace ya 8 años. Se desempeña como médico de Atención Primaria de la Salud en la USF Villa Nélida, de Minga Guazú; también integra el plantel del Instituto de Previsión Social y como médico de guardia en el servicio de Urgencias del IPS-CDE. Actualmente, cumple funciones en el HIRAP (Hospital Integrado Respiratorio de Alto Paraná) como médico del área de Respiratorios, desde el inicio de la pandemia.
Una semana después de su último contacto con pacientes COVID positivo, iniciaron los síntomas, relata el profesional. «Comencé con tos seca, dolor de garganta, diarreas ocasionales, síntomas que me alertaron y guardé aislamiento ya consciente de que podría tratarse de la enfermedad, por mi antecedente de contacto con usuarios COVID».
Al cabo de unos días, aparecieron otros síntomas, como la anosmia (pérdida del olfato) y la disgeusia (alteraciones en la percepción del gusto), además de acentuarse la tos y la aparición de dificultad respiratoria, que lo obligaron a acudir a sus colegas para una evaluación más minuciosa.
En su entorno familiar, su esposa también presentó síntomas similares a los suyos, así como la hija de 5 años, quien afortunadamente presentó síntomas más leves de la enfermedad.
«Gracias a Dios, aquello duró un par de días y no pasó a mayores», comenta el profesional médico, al momento de la extracción, a la cual se acercó voluntariamente a donar, para ayudar así a mejorar la situación de pacientes con Coronavirus.
«Esta pandemia, ha conmovido enormemente a la humanidad, tanto que finalmente nos estamos dando cuenta que quizás era necesaria, pues nos ha ayudado a entender de que todo aquello que creíamos imprescindible e impostergable, no lo es en realidad. Que somos tan frágiles como cualquier otro ser en la faz de la tierra, que un microorganismo invisible puede ponernos de rodillas, sin importar clases sociales, en tan poco lapso de tiempo», refiere.
«Esta tormenta nos ha permitido darnos cuenta de que nos estábamos olvidando de vivir un mundo verdaderamente humano, nos ha demostrado que existen deudas históricas que debemos saldar en la post pandemia, a fin de estar preparados para afrontar futuras situaciones de contingencia», agrega el médico.
“Mi mensaje para la ciudadanía es que perdamos el miedo, pero que NO BAJEMOS LA GUARDIA, cumpliendo con los protocolos sanitarios en nuestras casas, en la calle y en el trabajo, que nuestro accionar puede determinar el destino de la vida de un ser querido, un compatriota. Y si alguno cae enfermo y se recupera, que no dude en donar sangre que podría salvar una vida. A mis colegas médicos, enfermeros, personal de servicio, bomberos, policías, militares, en fin, todos mis compañeros de la primera línea, el orgullo que siento es inmenso a verlos a todos en el campo de batalla, luchando por salvar vidas», finalizó el doctor Ramos.
Según datos del Programa Nacional de Sangre, con los 14 donantes convalecientes de plasma en Ciudad del Este, hasta el momento en total suman 40 a nivel país, mediante quienes se transfundió a 20 pacientes.