A los adultos les cuesta creer que los niños y adolescentes tengan problemas que los conduzcan a la depresión y al suicidio, sin embargo, las cifras de consultas en el área de salud mental por estos casos van en aumento. Los profesionales instan a la prevención y la detección temprana de los síntomas, así como a la parentalidad responsable.

Entre abril y agosto de este año, se internaron en el Hospital Niños de Acosta Ñu alrededor de 200 niños por crisis relacionadas a la salud mental y el 80% corresponde a pacientes que intentaron suicidarse.

“A la gente le cuesta mucho creer que los niños puedan deprimirse porque supuestamente no tienen problemas, pero sí pueden deprimirse y pueden querer suicidarse”, dijo al respecto el siquiatra Nelson Sánchez, jefe del Departamento de Salud Mental del hospital pediátrico.

En comunicación con radio Chaco Boreal 1330 AM, explicó que las internaciones se dan en casos de crisis y cuando la familia no está pudiendo garantizar una contención. Teniendo en cuenta que el ambiente influye en estas conductas, los profesionales conversan con los padres y también en las escuelas, donde mayormente incide el bullying, de manera a concientizar sobre la problemática.

En cuanto al núcleo familiar, Sánchez habló de intervenciones y de sicoeducar para brindar un espacio saludable a los niños y adolescentes, pero los profesionales de salud, también están obligados a denunciar los casos de negligencia. “La violencia intrafamiliar está muy presente en casi todos esos pacientes”, advirtió.

Por ejemplo, los maltratos y abusos sexuales continuos pueden conducir a una decisión extrema. En ese sentido, el siquiatra insistió en que es importante desmitificar el concepto de que los niños no pueden deprimirse y no tienen vulnerabilidad para el suicidio.

Síntomas de la depresión de un niño
Entre los síntomas describió que los niños y niñas van perdiendo “la vitalidad y el brillo”, pasa tiempo en soledad, ya no comparte con los amigos, puede estar irritable o triste y en sus comentarios se pueden escuchar contenidos de tristeza o enojo. Los videos y músicas que consumen pueden tener las mismas características.

Su desempeño en la escuela también tiene una fuerte influencia. “El descenso del rendimiento académico es un indicador muy importante de depresión infanto juvenil. Baja todas sus notas como si fuera que pasó algo, cambia su alimentación, duerme menos o mucho más”, detalló.

La prevención y la detección temprana son muy importantes para asistir a los niños y adolescentes y la familia es primer espacio que debe atender estos cuidados.

“Tenemos que promover estilos saludables en los chicos, también tenemos que promover talleres de parentalidad responsable, porque criar un hijo es una responsabilidad, implica un ligero estrés, es cierto, pero tenemos que hacernos cargo y ser responsables al respecto”, recomendó el profesional.

Desde el 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, promovió que cada 10 de septiembre se celebre el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”.

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