El ex presidente de la República aún no cierra todas las puertas a la posibilidad de su reelección, aunque ve difícil. No descarta sorpresas y por ahora tiene dos caminos: rekutú en Senado o quedarse en su casa.
Fernando Lugo accedió a una entrevista con este diario en la sede del Senado, pero en medio del trajín que marcó la semana la protesta campesina, finalmente, la cita se concretó en su residencia en Lambaré.
El timbre suena y acude Marcial Congo, fiel escudero del ex obispo, quien indica al equipo de ÚH esperar en el jardín. Más tarde, un distendido Lugo, ex presidente de la República y ahora titular del Congreso, pide unos minutos más para poder terminar una reunión con su bancada del Frente Guasu (FG).
«Salí sin rencor a nadie», expresó, al recordar su destitución vía juicio político en junio del 2012 por los cartistas y llanistas, con quienes ahora volvió a pactar para presidir la Cámara Alta.
«Tengo que buscar una buena relación con todos. Cuando está en juego el país, los intereses generales, uno tiene que renunciar a sus intereses particulares y grupales. Yo procuro hacer eso», alega.
Sin embargo, el Frente Guasu apoyó la enmienda para la reelección que al final no corrió, aunque Lugo sigue jactándose de que había votado en contra en agosto del año pasado. «La enmienda no es la vía para habilitar la reelección. Sigo sosteniendo que la reforma constitucional es el camino», refirió sobre el tema.
«Creo que el Frente Guasu dio muestra todo este tiempo de una solidez en sus principios y de ser coherentes», manifestó, y habló de una excepción, admitiendo el error de haber apoyado la enmienda.
«No hay alianzas a ciegas», alegó sobre el pacto con los cartistas y llanistas, del cual intenta despegarse, alegando que los luguistas votaron a favor del impuesto a la soja y apoyan el subsidio para los campesinos, que es uno de los temas centrales del debate.
«Soy consciente y no puedo negar que me hago también la película, que mañana puede haber una mayoría coyuntural, y de nuevo puedo ser un miembro más del Senado», manifestó sobre otra eventual destitución de su actual cargo.
Sobre el relacionamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo se limitó a señalar que es institucional. «Como debe ser», consideró el senador.
Escenario 2018. «Muchas veces, hay sorpresas», refirió sobre las chances electorales de la ANR con miras al 2018. «Cuando nosotros comenzamos, quién iba a pensar que Lugo podía haber sido electo presidente aquel histórico 20 de abril de 2008», recordó.
«Por su trayectoria, por su historia, por la cantidad de sus miembros, sin duda, es el partido más grande en términos electorales», dijo por la ANR.
«Creo que se recompusieron bastante bien luego de aquel traspié del 2008. Nadie podía creer que la ANR podía perder electoralmente de manera limpia y sana», señaló.
En cuanto a la oposición no se muestra muy auspicioso. Comienza a citar una serie de factores, entre ellos que «hay muchas heridas abiertas».
«Es difícil porque el tiempo ya no da para recomponerse y tener una alianza sólida. No digo que sea imposible, pero lo veo bastante difícil», indicó.
También fue consultado sobre su futuro político. «Hace algunos meses veía como cuatro caminos, por la posibilidad de la enmienda para la candidatura a la presidencia, y también se pensó en la candidatura a la gobernación de Itapúa. Hoy estos dos aparentemente se apagaron bastante», consideró.
Sobre esos dos posibles caminos citó: el Senado, en el caso que encabece la lista por el FG para el próximo periodo o quedarse en su casa.
¿Tiene chance aún para la presidencia de la República?, es una pregunta que lo deja en silencio por un instante.
«En política nunca estará la última palabra», fue su primera respuesta. «Está difícil Lugo a la presidencia, pero si hay nuevos escenarios…», agrega dejando nuevamente la duda como es su costumbre.
«A veces se presentan nuevos escenarios. Personalmente, veo difícil. Veo quizá la senaduría o retirarme de la política», refiere dejando la posibilidad en incertidumbre.
¿Qué escenarios?, se le insiste. «Mucha gente me dice: Usted tiene una misión muy grande en este país todavía. Hace falta una gran reconciliación nacional. Creo que la clase política tenemos una gran deuda con la ciudadanía y tenemos que saldar», dijo.
Ya al final de la entrevista, su hijo menor con Viviana Carrillo llega del colegio y lo saluda. Le llevan un libro sobre las várices, y admite que es uno de los problemas que le sigue aquejando. Recordó que lo acusaron por hacer propaganda engañosa, cuestionando que los colorados abiertamente hacen campaña, pero nadie denuncia.
Por: Diana González Delgado- Última Hora.