Entre lágrimas, don Julián contó que solo encontró los huesos de su vaca preñada. De ella sacaba leche para vender. Ahora pide ayuda para poder alimentarse.

Don Julián Martínez Escobar ni fuego para su mate todavía no hacía cuando se dio cuenta de que sus vacas no estaban.

Se había levantado, como siempre, antes del amanecer, para alimentar a sus gallinas y demás animales. Pero se encontró con una desagradable sorpresa: sus dos únicas vacas habían sido robadas.

Lleno de desesperación y un poco de esperanzas, salió en busca de sus animales desaparecidos. Fue hallando pistas de que habían cruzado un alambrado. A 500 metros de su casa, encontró las cuerdas con las que estaban atadas al poste de su humilde casa y ya fue mala señal.

Pocos metros después, encontró a su vaca preñada faenada y su mundo se vino abajo, ya que él depende exclusivamente de sus vacas para sobrevivir. Vendía leche para sustentarse.

En tanto que la otra vaca fue hallada en el patio de otro vecino, que pudo atajar, pero todavía es muy pequeña para dar leche, lamentó.

El hombre vive solo en su precaria vivienda en la localidad Santa Librada calle 8 de Diciembre del distrito Santa Rosa del Aguaray, San Pedro.

El abuelo lamentó que a pesar de su triste situación económica no le perdonaron los abigeos.

“Eso lo que es más feo, que a los pobres le roban”, expresó la víctima al portal 4DMás Noticias

Si tenés la posibilidad de ayudar a don Julián, él estará agradecido de recibir cualquier aporte económico. Comunicate al (0975) 359-575 para colaborar.

//Extra.com.py.


Deja una respuesta