Una pronosticadora de la Dirección de Meteorología explicó cómo se formó el tornado que causó destrozos y dejó heridos a su paso en la ciudad de San Joaquín.

Desde la Dirección de Meteorología se confirmó que la columna de viento que se registró el miércoles en la zona de Olla Rugua, distrito de San Joaquín, Departamento de Caaguazú, fue un tornado.

La pronosticadora Celia Sanguinetti mencionó a radio Monumental 1080 AM que, de acuerdo con los videos difundidos en las redes sociales, se pudo observar que la formación se originó en las nubes y bajó a la tierra.

Dijo que, normalmente, el fenómeno se forma en nubes de tormentas denominadas supercélulas. «Son nubes rotativas, con las cuales, por lo general, se suelen formar los tornados», apuntó la meteoróloga este jueves.

«De hecho, estas nubes llamadas supercélulas solemos tener acá, en Paraguay. Pero, normalmente, lo que generan son los fenómenos llamados microrráfagas descendentes», agregó.

Incluso, manifestó que el calentamiento global puede favorecer la aparición de estas nubes durante una tormenta severa.

Sanguinetti también manifestó que Paraguay no cuenta con la tecnología para prever este tipo de fenómenos, consistente en radares meteorológicos móviles, como la que posee Estados Unidos.

«Los fenómenos como tornados se pronostican con tiempo bastante limitado, de entre 15 a 30 minutos, nada más. Entonces, lo que pronosticamos (DMH), directamente, son tormentas severas, que ya incluyen este fenómeno», añadió.

El pronosticador Carlos Santa Cruz sostuvo en una entrevista con NPY que el evento registrado en la víspera es una de baja intensidad. Describió que se trata de tornado de la categoría F0, que en la escala de Fujita mejorada se caracteriza por ocasionar daños leves.

El fenómeno dejó a su paso al menos tres personas heridas y, además, daños materiales en unas cinco viviendas.

En Paraguay se registró en el pasado un tornado más violento, de la categoría F4, que hoy en día es recordado como el Ciclón de Encarnación.

Hace casi 96 años, el 20 de setiembre de 1926, ocurrió la tormenta más destructiva de la historia del país, con ráfagas de viento de hasta 200 kilómetros por hora, que se cobró la vida de alrededor 400 personas.

Según el historiador Herib Caballero, en ese tiempo era imposible predecir tal evento porque la única estación meteorológica que existía en esa época funcionaba en la Escuela de Agricultura, ubicada en el Jardín Botánico, que solo registraba la temperatura, vientos, humedad y la cantidad de lluvia caída.

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