Las cifras de personas vacunadas contra el coronavirus en Rusia se han estancado, pero su presidente, Vladímir Putin, quiere abrir el país a los extranjeros que quieran recibir las inmunizaciones rusas. El presidente ruso ha ordenado este viernes al Gobierno que elabore un plan para finales de mes con el objetivo de lanzar el ‘turismo de vacunas’ contra la covid-19. En una intervención ante el Foro Económico de San Petersburgo, en la que aseguró que Rusia está saliendo con buen pie de la pandemia, Putin elogió las vacunas diseñadas en Rusia —pendientes de aprobación por la Organización Mundial de la Salud (OMS)— y acusó a Occidente de lastrar su compra debido a “prohibiciones por motivos políticos”. A pocos días de la cumbre con el presidente estadounidense, Joe Biden, Putin también acusó a Washington de intentar frenar el desarrollo de Rusia.
Pese a que Rusia fue el primer país del mundo en registrar una vacuna contra el coronavirus —la Sputnik V, ampliamente apoyada por el Kremlin— y que la campaña de inmunización empezó el pasado diciembre, en el país euroasiático, de 144 millones de habitantes, solo unos 20 millones de personas se han puesto al menos una dosis de una de las tres vacunas rusas disponibles, según datos del Gobierno. La desconfianza de la ciudadanía, los problemas de suministro y producción durante los primeros meses y el hartazgo sobre la pandemia han estancado las cifras de inmunización en un país que registra unos 9.000 contagios diarios y alrededor de 400 fallecidos; la cifra total de muertes se sitúa en 123.037, según el criticado recuento oficial (la agencia estatal de estadísticas Rosstat asegura, sin embargo, que ha habido un exceso de mortalidad de más de 460.000 personas desde el inicio de la pandemia).
Además, después de las primeras semanas, en las que la vacunación fue gratuita y casi sin exigencias burocráticas para todos, actualmente solo los extranjeros con permiso de residencia (un grupo muy reducido) pueden vacunarse en Rusia, lo que deja fuera a miles de personas que no pueden acceder a la vacunación; tampoco oficialmente por los canales privados. Otro problema más de salud pública para alcanzar la inmunidad de grupo en el país.
Durante su intervención presencial ante el plenario del foro, Putin ha instado a los rusos a vacunarse, pero ha descartado las reclamaciones de algunos funcionarios rusos que habían pedido que la inmunización sea obligatoria. Algunas regiones, como Moscú, han impulsado programas para promocionarla y ofrecen cheques-regalo a los pensionistas que se vacunan. Rusia mantiene sus fronteras cerradas a la población procedente de la mayoría de los países —casi todos los Estados miembros de la UE, por ejemplo— y, sin embargo, el presidente ruso invitó a los ciudadanos extranjeros a visitar Rusia para recibir la vacuna contra la covid-19. “Rusia no solo cubre completamente sus propias necesidades. También podemos brindar a los ciudadanos extranjeros la oportunidad de venir aquí y vacunarse. Sé que hay una demanda generalizada para eso”, aseguró.
Desde hace meses, el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) —el fondo soberano ruso—, que ha financiado la vacuna Sputnik V, venía proponiendo la idea de lanzar programas de turismo de vacunas. Hasta ahora, un par de compañías de viajes han organizado visitas de turismo sanitario para un par de cientos de ciudadanos alemanes que han viajado a Moscú para inmunizarse en una clínica privada. Este viernes, Kirill Dmitriev, director del RDIF, ha asegurado que Rusia podría abrirse al turismo de vacunas en julio.
La iniciativa llegaría, sin embargo, en un momento en el que es muy probable que la mayor parte de los países desarrollados hayan resuelto la escasez de vacunas que experimentaron en los primeros meses del año. Y viajar a Rusia con uno de esos ‘paquetes turísticos’ podría ser muy caro para los ciudadanos de aquellos Estados que sufren ahora la escasez de viales.
//El País