Los científicos consideran que el factor más importante para el correcto desarrollo de un bebé es el apego.
¿Conoces los beneficios que tiene un abrazo y lo necesario que es para el desarrollo emocional de tu hijo? Te explicamos por qué es necesario abrazar a tu bebé siempre.

¿Por qué debemos abrazarnos?

Los beneficios de los abrazos influyen directamente en nuestra salud. Sin importar la edad, las personas necesitamos recibir abrazos y caricias desde que nacemos.

El contacto físico juega un papel muy importante en el desarrollo de las neuronas, y para que estas no mueran es importante estimularlas desde que empezamos a vivir. Gracias a los abrazos, podemos reducir y prevenir muchísimas enfermedades, tanto físicas como emocionales.

Cuando abrazamos a otros liberamos el estrés, la ansiedad, la depresión y la oxitocina se incrementa mejorando nuestra salud.

Por qué es necesario abrazar a tu bebé siempre

Los científicos consideran que el factor más importante para el correcto desarrollo de un bebé es el apego.

El apego es simplemente el contacto físico positivo es decir, abrazar, besar y mimar a tu hijo. Estas actividades causan respuestas neuroquímicas específicas en el cerebro y llevan a la organización normal de los sistemas cerebrales responsables del apego.

Todos sabemos que durante los primeros tres años de vida, el cerebro desarrolla un 90 por ciento de su tamaño adulto. Durante este tiempo el cerebro del bebé colocará en su lugar la mayor parte de los sistemas y estructuras, que serán responsables de todo el funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico para el resto de toda su  vida.

Por esta razón, innumerables estudios científicos han demostrado que los niños que reciben abrazos y han consolidado el apego en su día a día desde su nacimiento desarrollan:

  • Mejores aptitudes para controlar el estrés
  • Forman relaciones más saludables
  • Su rendimiento escolar es excelente
  • Tienen más autoestima

¿Qué es la teoría del apego?

Los bebés intentan crear un vínculo con las personas que se encargan de su cuidado, incluso con adultos que no son muy afectuosos. Este vínculo no está solamente basado en la comida, sino que va más allá de la necesidad de tu bebé de ser alimentado.

Cuando un bebé nace busca esa proximidad de la madre a través del llanto, la necesidad de ser acunado, las sonrisas refleja y el amamantamiento. Nuestro hijo lo hace porque necesita ser aceptado y protegido incondicionalmente. Y eso es la base de la continuidad de la especie humana.

El apego causará diferencias que durarán toda la vida. Los bebés que crean un apego saludable y seguro ven a sus padres como una fuente de consuelo, y una plataforma sólida desde la que pueden explorar el mundo y jugar.

Gracias a una fuerte base emocional basada en la confianza, se vuelven adultos seguros, cariñosos y competentes.

El vínculo afectivo entre padres e hijos es fruto del cuidado y cariño diario. Aunque tu bebé sea lo más hermoso y encantador que has visto, también es una nueva persona en tu vida, a quien tendrás que ir conociendo. Por tanto, ¡ánimo, tienes toda la vida!