Los padres han de perder el miedo a que el niño se aburra y darles la oportunidad de hacer cosas y que descubran la forma de entretenerse por sí mismos para adquirir habilidades como ser más tolerantes, creativos y resolutivos.
Cuántas veces los padres han escuchado a sus hijos decir: ¡Me aburro! Ante esta expresión los padres pueden responder de dos maneras muy distintas.

En Guiainfantil.com te contamos cuáles pueden ser estas reacciones y te contamos qué es lo más acertado si nuestros hijos se quejan de aburrimiento.

1- La respuesta inmediata de muchos adultos es la de la sobre-estimulación. Es decir, buscar inmediatamente algo con lo que se puedan entretener. Incluso, en épocas de vacaciones les programamos jornadas de ocio para que tengan todo su tiempo ocupado. Su entretenimiento es de carácter totalmente dirigido.

Los progenitores proceden así con sus hijos ante estas situaciones porque el “no hacer nada” está socialmente muy mal valorado. Actuando así, los padres consiguen el efecto contrario al que buscan. Ya que los niños pueden cumplir o no con esas actividades pero no miran realmente los que quieren.

Darles todo hecho y planificado no les ayuda sino que hace a los niños aún más dependientes y sobreprotegidos. Además los adultos corren el riesgo de acabar agotados y frustrados si lo que proponen no es del agrado de los niños.

2- Pero cuidado… Otra respuesta de los padres puede ser no prestarles atención. Lo que significaría dejarles a sus anchas sin atención, o sin estímulos.

Beneficios del aburrimiento para los niños

El aburrimiento es la antesala de la creatividad. Los niños deben utilizar ese tiempo en el que nada les satisface (se aburren) para crear e inventar.

Los niños de hoy en día están muy ocupados y saturados de tareas y actividades. Esto hace que cuando hay algún momento libre no saben cómo gestionarlo y demandan más actividades a los padres.

El tiempo libre es fundamental ya que muchas grandes ideas surgen en estos momentos de relajación. En esta libertad el niño puede desarrollar muchas capacidades positivas para su crecimiento. Gracias al aburrimiento el niño desarrolla la autonomía personal, el pensamiento propio, abren su mente a ideas nuevas y desarrollan la imaginación.

Qué hacer si el niño está aburrido

– Decirle qué debe hacer puede ser perjudicial. Los padres han de perder el miedo a que el niño se aburra y darles la oportunidad de hacer cosas y que descubran la forma de entretenerse por sí mismos para adquirir habilidades como ser más tolerantes, creativos y resolutivos.

– Es normal que los padres al escuchar la expresión: “me aburro” den por hecho que el niño hace referencia a la monotonía o al tedio por encontrar algo que le distraiga. Pero algunas veces, este término tiene otro significado y debemos reflexionar sobre ello.

– Cuando el pequeño dice que se aburre, no siempre responde a una emoción de aburrimiento. Muchos niños cuando están tristes, molestos con algo, o tienen miedo, recurren a esta frase para expresar sus emociones. Por tanto, es importante que los padres puedan descubrir qué emoción se encuentra detrás de la demanda que hace el niño para poder ayudarle de la manera apropiada.