En la misa dominical en la Basílica y Santuario Virgen de los Milagros de Caacupé, Ricardo Valenzuela, obispo de la Diócesis de Caacupé, recordó el lamentable quíntuple homicidio y un suicidio ocurrido el viernes en horas de la madrugada en Capiatá y pidió a los fieles rezar por el alma del policía y por todas aquellas personas que se encuentran en depresión, cansados y agobiados. Aseguró que solo Dios sabe por lo que estaba atravesando.
“Quién sabe todo lo que tuvo que soportar el hombre para llegar a atentar así”, dijo Valenzuela, durante la celebración eucarística en Caacupé, sobre el crimen cometido por Isidro Casco Salinas, suboficial de la Policía Nacional, quien mató a sangre fría a sus suegros, una cuñada y a sus dos hijos pequeños, de uno y dos años de edad, además de herir a otras dos personas más y que posteriormente decidió quitarse la vida.
En otro momento, Valenzuela supuso que el uniformado pudo haber dado muestras de padecer alguna patología mental, pero nadie se dio cuenta y no fue atendido debidamente. “Solo el Señor sabe y comprende. Quizá no hemos estado muy cerca de esa persona, no le hemos prestado atención. Nos hemos olvidado de sus reclamos y de sus angustias”, señaló.
Igualmente, pidió a los fieles que oren por el alma del policía, de los familiares que murieron y por la esposa que está en España. Pidió también oraciones por aquellos que se encuentran en la misma situación, con depresión o padeciendo alguna enfermedad mental.
“Recemos por él, por toda su familia, por la que está en camino viniendo de España también y por todas las personas que se encuentran cerca de esa situación”, pidió.
Reconoció que las enfermedades mentales son terribles y que con oración Dios los aliviará. “El agobio y el cansancio son terribles y el Señor nos anima. Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré y eso le pedimos al Señor suplicantes”, pidió a los fieles, a los presentes en el santuario y a los que seguían la misa a través de las transmisiones por televisión y por internet.
// La Nación