Los familiares de Nilda Rosa González, la paraguaya descuartizada por su pareja, Juan Darío Sanabria Báez, también paraguayo, apelan a la solidaridad de la ciudadanía, además de la asistencia de las instituciones para repatriar sus restos
Lucía González, hermana de la fallecida, mencionó que están pendientes de los trámites judiciales para la sentencia del autor confeso del homicidio de Nilda.
Cabe mencionar que el hombre asesinó a su esposa, luego la desmembró y escondió los restos, hasta que, con la intervención de la Policía, cayó en contradicciones, confesó el hecho y fue detenido.
“Necesitamos que el gobierno nos dé la mano para los trámites. Ahora están mi mamá y mi hermano en Buenos Aires, sin siquiera saber qué gestiones realizar. Necesitamos algún abogado que nos ayude con las cuestiones legales y no tenemos condiciones económicas para el efecto, por eso apelamos a las autoridades y a la buena voluntad de las personas de buen corazón, porque allá todo se costea y no somos una familia pudiente”, expresó Lucía.
La mujer, junto a sus hermanas y su padre, residen en la comunidad conocida como La Candelaria del distrito de Juan E. O’Leary, donde sienten y reciben la solidaridad de sus vecinos y allegados, pero no así de las autoridades locales, que ni siquiera les dieron las condolencias por la terrible pérdida que tuvieron.
Por otra parte, otro pedido de los familiares es que el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MINNA) pueda arbitrar los mecanismos para que la familia materna de los cinco niños sean los que logren la patria potestad de todos ellos.
Los pequeños son menores de 14, 12, 9, 4 y 2 años, todos de nacionalidad argentina. La familia dijo que, por referencias, saben que los trámites para el efecto son engorrosos y corren el riesgo de que no se logre el pedido.
“Nosotros no entendemos nada sobre esos trámites legales, pero no queremos que nuestros nietos queden ahí con instituciones del Estado, sin el cariño de su familia. Tenemos las condiciones de brindarles techo, comida, educación y todo lo que necesiten, ya que esto es algo demasiado fuerte para ellos”, manifestó por su parte José González, padre de Nilda Rosa.
La pareja, compuesta por Darío y Nilda, convivió por más de 15 años. Ambos se conocieron en la zona del Alto Paraná y luego viajaron a la Argentina con intenciones de buscar un mejor futuro para sus hijos.
Tras el asesinato, allegados del entorno de ambos en Argentina, dijeron que los celos del hombre siempre fueron un inconveniente entre ambos, ya que él trataba de controlar todas las acciones de su pareja, desde sus conversaciones telefónicas hasta lo que compartía con sus amigas en el vecindario.
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