Víctor Díaz, un trabajador rural paraguayo radicado en Buenos Aires, se volvió viral en redes sociales tras compartir un video donde se lo ve llorando desconsoladamente al despedirse de un perro, su compañero de trabajo durante más de una década en una estancia de San Vicente, provincia de Buenos Aires.
El hombre fue despedido el viernes pasado, luego de 11 años de labor en el mismo lugar. “Dije que no iba a llorar, pero veo a este perro y lloro… pobrecito”, expresó entre lágrimas mientras se alejaba del campo, seguido por el animal, en una escena que conmovió a miles de personas en redes.
Víctor, oriundo de San Juan Nepomuceno, Caazapá, registraba desde hace años su vida laboral en el campo argentino. En Instagram, donde acumula más de 468.000 seguidores, compartía relatos cotidianos y anécdotas sobre la vida rural. Su despedida del perro —que se convirtió en su símbolo de lealtad— generó una ola de reacciones y mensajes de apoyo.
Luego de viralizarse el video, cientos de usuarios ofrecieron palabras de aliento, propuestas laborales e incluso asesoría legal, ante la sospecha de que su despido no haya respetado los derechos laborales vigentes.
“Cuídense, cuiden su laburo”, aconsejaba el propio Víctor en el video, manteniendo la esperanza de encontrar una nueva oportunidad laboral mientras se alejaba del que había sido su hogar por más de una década.
Algunos internautas incluso especularon que su exposición en redes sociales pudo haber incomodado a los dueños de la estancia, aunque este aspecto no fue confirmado.
Fuera del viral, Víctor ya era una figura querida en redes por mostrar con honestidad y sin filtros las dificultades que enfrentan los peones rurales. Su historia ahora trasciende lo personal y reabre el debate sobre las condiciones laborales en el sector rural argentino y el trato hacia los trabajadores migrantes.
Mientras continúa su búsqueda laboral, Víctor agradeció el apoyo recibido y sigue compartiendo contenido con su comunidad, aferrado a su convicción de que la dignidad del trabajo y el respeto por los vínculos —incluso con un perro— valen más que cualquier salario.
//Hoy.com.py.