Paraguay dio un espectáculo horrible ante Brasil por Eliminatorias y aunque en conferencia de prensa, Eduardo Berizzo dijo que no es así, la Albirroja es la selección de las improvisaciones, con determinaciones insólitas y que fueron fatales para la suerte de la selección.
Ante Uruguay, algunas de las improvisaciones salieron bien, peor ante Brasil, la actuación de la Albirroja fue de lo peor que mostró en la era Berizzo. Perdido, confundido y con jugadores ocupando posiciones inentendibles dentro del campo de juego.
La imagen de Paraguay quedó distorsionada al máximo y fue una selección que terminó dando pena sobre el final del juego, en el que se impuso el desorden, sin un volante central, improvisando con un zaguero y un hombre de ofensiva (Óscar Romero).
El «Toto» puso a dos zagueros, Robert Rojas y Omar Alderete como laterales y un lateral, Santiago Arzamendia como volante. Además un hombre acostumbrado a ser «doble seis» o de última como interno, Mathías Villasanti, fungió de mediocampista externo.
En el segundo tiempo en momentos de desesperación pura, el DT sacó del fondo a Junior Alonso, y si bien no fue un volante real, lo posicionó en la zona media para perseguir a Neymar. Las marca personal terminó siendo ridículo e ineficiente. Sacrificar un hombre en una era en el que el fútbol prácticamente te prohíbe desorganizar tanto un equipo por bloquear un hombre.
Sacó a todos sus mediocentros y Paraguay, de tener superpoblación sin control, terminó utilizando a un zaguero (Alonso) y un creativo como Óscar Romero de «doble seis».
A pesar de todas estas disposiciones, muchas insólitas, Eduardo Berizzo dijo en conferencia de prensa: «No eran improvisaciones, tuvimos un gol tempranero que cambia el partido». Si él lo dice…
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