El obispo de Caacupé Claudio Giménez, durante su homilía en la misa central por el Domingo de Ramos en la mañana de ayer, hizo énfasis en la crisis política que atraviesa el país y pidió al presidente de la República, Horacio Cartes, “un gesto de grandeza”, y que abandone su intención de aprobar el proyecto de enmienda, “para salvar a la patria”.

A criterio de Giménez, la dirigencia política debe dejar de lado la soberbia y evitar el enfrentamiento entre paraguayos. Sostuvo que se debe respetar la Constitución, para que ya no “exista odio entre todos los sectores”.

“Alguna vez debe darse una sensatez. Así no podemos seguir, hay mucho odio en el ambiente. Los dirigentes políticos son irresponsables, deben dar gestos de grandeza y abandonar sus intenciones, y sus posiciones duras e irreconciliables. Debemos pasar de la violencia a la paz. Todos queremos la paz. Deben dejar de lado los intereses sectarios”, expresó monseñor Giménez.

 

En otro momento, mencionó que si la actual dirigencia política no es capaz de hacer todo eso, se debe dejar espacio a las nuevas generaciones de jóvenes líderes.

 

“Hay varios jóvenes capaces líderes. Si la Iglesia ya hizo eso, la política debe adoptar nuevos políticos con ganas de trabajar por la patria”, expresó.

 

CEP. Al término de la eucaristía, se hizo lectura nuevamente del comunicado que la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) emitió en la tarde del 28 de marzo, horas después de que los senadores oficialistas, luguistas y llanistas sesionaran en forma secreta y a puertas cerradas para modificar el reglamento interno de la Cámara Alta, de manera a aprobar el proyecto de enmienda constitucional.

 

En dicho comunicado, la CEP apuntó que estas decisiones tomadas por el cuerpo legislativo “con serias dudas de legalidad y en su legitimidad” muestran la “falta de consideración y respeto a la institucionalidad democrática”.

 

La Iglesia considera “prudente no insistir en la introducción de la figura de la reelección presidencial por la vía de la enmienda constitucional, porque está visto que produce una innecesaria tensión, crispación y polarización social, y que si no se maneja adecuadamente, podría traducirse en violencia con impredecibles consecuencias”.

 

La misa de Domingo de Ramos se desarrolló ante miles de fieles que se congregaron en la explanada de la Basílica de Caacupé con el propósito de celebrar el inicio de la Semana Santa./UH.