Rusia registró este jueves otro récord de muertes y contagios vinculados con el COVID-19, en medio de la violenta ola de pandemia que sufre el país y que obligó a la capital Moscú a cerrar sus servicios no esenciales. Según cifras difundidas por el gobierno, 1.159 personas murieron y 40.096 se contagiaron el virus en las últimas 24 horas.
Este jueves entraron en vigor en Moscú una serie de restricciones sanitarias para contener el brote de COVID-19, que se aceleró en Rusia debido a una baja tasa de vacunación. Restaurantes, salones de belleza, tiendas de ropa o muebles, gimnasios, escuelas de danza y otros servicios considerados “no esenciales” permanecerán cerrados hasta el 7 de noviembre.
Según Serguéi Sobianin, alcalde de Moscú -ciudad más afectada por la epidemia en Rusia-, sólo se permite la apertura de centros de venta de medicamentos, alimentos y artículos de primera necesidad. Desde hace varias semanas, Rusia no cesa de batir sus récords de muertes y de contaminaciones por COVID-19 en 24 horas, una hecatombe que se relaciona con la baja tasa de vacunación.
El número total de muertos asciende a más de 235.000 personas, según las cifras del gobierno, lo que convierte a Rusia en el país más enlutado de Europa. La agencia nacional de estadística, que tiene una definición más amplia de las muertes por COVID-19, informó a finales de agosto de un balance que supera los 400.000 decesos por coronavirus.
La campaña de vacunación sigue siendo laboriosa debido a la desconfianza de los rusos. Apenas un tercio de ellos están totalmente inmunizados, según el sitio especializado Gogov, pese a que el país ha desarrollado cuatro vacunas.
//La Nación.