La propuesta de investigación previa a la pandemia aparece entre los informes publicados esta semana por DRASTIC, un grupo de científicos y activistas que investigan el origen del COVID-19.
Dos años antes de que comenzara la pandemia de COVID-19, los científicos del Instituto de Virología de Wuhan planeaban alterar genéticamente los virus para hacerlos más infecciosos para los humanos y liberarlos en las cuevas de los murciélagos.
La propuesta de investigación formaba parte de un conjunto de documentos publicados esta semana por un grupo de científicos y activistas que buscan determinar los orígenes de la pandemia.
Los científicos de Wuhan figuraban como socios en una propuesta de financiación que la organización de salud ambiental sin ánimo de lucro EcoHealth Alliance presentó a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) del gobierno de Estados Unidos. DARPA rechazó la propuesta y se desconoce qué sucedió con el proyecto de investigación, que los documentos describen como “un buen comienzo”, según información de la revista Newsweek.
DARPA es una agencia de investigación del Departamento de Defensa de Estados Unidos que tiene como objetivo “preservar la preparación militar mediante la protección contra la amenaza de las enfermedades infecciosas”.
La propuesta reaviva la polémica sobre la responsabilidad del laboratorio de Wuhan en la pandemia. El régimen chino sostiene que el brote se inició en un mercado y se opone a quienes afirman que los experimentos realizados en el Instituto de Virología de Wuhan condujeron a una fuga de patógenos peligrosos.
Científicos y gobiernos, entre ellos el de Estados Unidos, no descartan la teoría de la fuga del laboratorio y exigen a China que coopere en una investigación para determinar los orígenes de la pandemia.
La sospecha sobre la versión oficial de China ha sido impulsada en gran medida por el Equipo de Búsqueda Autónomo Radical Descentralizado que Investiga COVID-19 (DRASTIC por sus siglas en inglés), que publicó los documentos esta semana.
A lo largo de la pandemia, investigadores de DRASTIC, muchos de ellos anónimos, que trabajan de forma independiente desde distintos países, descubrieron documentos sin esclarecer, los reconstruyeron y lo explicaron en Twitter.
Richard Ebright, profesor de química y biología química del consejo de administración de la Universidad de Rutgers y director del laboratorio y del Instituto Waksman de Microbiología, publicó las conclusiones de los últimos documentos del DRASTIC.
Los mismos mostraban que los investigadores de Wuhan querían alterar genéticamente los coronavirus y vigilar su liberación y transmisión en las cuevas de los murciélagos para determinar los riesgos que esos virus suponían para los humanos, según Newsweek.
DRASTIC informó que los documentos compartidos por un denunciante anónimo mostraban que la EcoHealth Alliance “colaboró” con el Instituto de Virología de Wuhan para “llevar a cabo una investigación avanzada y peligrosa sobre el coronavirus de los murciélagos de patogenicidad humana” a través de una propuesta de subvención que EcoHealth Alliance presentó a DARPA.
En su solicitud de financiación, EcoHealth Alliance propuso “inyectar coronavirus quiméricos mortales de murciélago recogidos por el Instituto de Virología de Wuhan en ratones humanizados y ‘batificados’”, según DRASTIC.
El proyecto buscaba “desactivar el potencial de propagación de nuevos coronavirus relacionados con el SARS de origen murciélago y alto riesgo zoonótico en Asia”. Los investigadores “tomarían muestras intensivas de murciélagos” en lugares de campo donde los científicos “identificaron un alto riesgo de propagación” de los coronavirus.
EcoHealth Alliance solicitó 14 millones de dólares a DARPA para llevar a cabo su investigación, que se calculaba que duraría tres años y medio. La propuesta es de marzo de 2018, dos años antes del comienzo de la pandemia.
A través de DRASTIC, se sabe que el Instituto de Virología de Wuhan disponía de una amplia colección de coronavirus reunidos a lo largo de muchos años de búsqueda en las cuevas de los murciélagos, y que muchos de ellos procedían de un pozo de mina en el que murieron tres hombres por una supuesta enfermedad similar al SARS en 2012. También se conoce que el Instituto estaba trabajando activamente con estos virus, con protocolos de seguridad inadecuados, por lo que podrían haber desencadenado la pandemia. El laboratorio y el régimen chino han hecho todo lo posible por ocultar estas actividades.
Las revelaciones de DRASTIC llevaron a que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenara una investigación de los servicios de inteligencia para determinar los orígenes de la pandemia.
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