ASUNCIÓN. La ministra de Justicia, Cecilia Pérez, dijo este lunes, al asumir el cargo, que la lucha contra el crimen organizado, tanto el de los grupos locales como los que tienen su origen en Brasil, será uno de los ejes de su gestión, junto a la reforma del sistema penitenciario.

Pérez explicó a los periodistas, tras jurar ante el presidente, Mario Abdo Benítez, que el mandatario le ofreció “todo el apoyo que sea necesario” para contactar con organismos de seguridad brasileños en el combate al Comando Vermelho y Primer Comando Capital, los dos principales grupos criminales de Brasil, ambos con ramificaciones en Paraguay.


La ministra explicó que durante una reciente reunión de ministros de Justicia del Mercosur las autoridades brasileñas ratificaron su apoyo al esfuerzo de las autoridades de Asunción en la lucha contra grupos delictivos provenientes del vecino país.

Asimismo, la ministra hizo énfasis en la necesidad de reformar el sistema penitenciario, que se encuentra desbordado debido a la superpoblación carcelaria, con muchos internos en prisión preventiva.

“Hay una ley de emergencia penitenciaria vigente, pero no nos podemos quedar en contener la crisis, solamente a tratar de evitar mayores episodios. Tenemos que trabajar la cuestión de fondo porque si no esto se puede agravar”, expresó Pérez.

Pérez destacó que está prevista la construcción de tres nuevos centros penitenciarios y un cuarto para mujeres para descomprimir el hacinamiento del sistema penitenciario.

Paraguay arrastra un déficit de 11.430 plazas y cada año ingresan más de mil personas al sistema penitenciario, según el organismo oficial Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, que considera que la superpoblación se debe también al encarcelamiento de personas sin una sentencia firme.

Pérez, quien reemplazó a Éber Ovelar, es la tercera ministra de Justicia en los 15 meses del Gobierno de Abdo Benítez. Ovelar, quien alegó razones de salud para su renuncia, tras dos meses en el cargo, sustituyó a Julio Ríos, quien fue destituido como consecuencia del rescate de un líder del Comando Vermelho tras el asalto a un furgón penitenciario, en el que murió un comisario.