La vacunación contra el COVID-19 en niños y adolescentes se ha extendido alrededor del mundo. Son varios los países que aprobaron diferentes plataformas de vacunas y algunos de ellos ya empezaron la vacunación, inclusive en niños menores de 11 años.

Cabe señalar que las dosis que serán administradas a los niños menores de 11 años no son las mismas dosis que son administradas a los de 12 años y más. Los análisis presentados por Pfizer/BioNTech han mostrado que, con una dosis inferior, es suficiente para generar protección en los niños de 5 a 11 años. Otras vacunas tienen resultados incluso para niños desde los 3 años.

Muchos padres en Paraguay ya han inscripto a sus hijos menores de 11 años para la vacunación; sin embargo, algunos padres se resisten a la idea de vacunar a sus hijos.

¿Por qué se debería vacunar a los niños si en ellos el COVID-19 es grave en pocos casos? En primer lugar, porque se ha visto que el riesgo de que un niño tenga problemas de salud al contraer la COVID-19 es significativamente mayor que el riesgo de sufrir algún efecto colateral de las vacunas aprobadas para su rango de edad.

Así se determina si es indicada la administración de un medicamento o vacuna en las personas. Si al realizar los estudios, se ve que el riesgo de que tengan COVID-19 es mucho menor al riesgo de vacunarse, entonces no se procede a la vacunación. Y ese no es el caso del COVID-19 en niños.

Una vacuna contra el COVID-19 podría evitar que un infante enferme gravemente o que sufra complicaciones a corto o largo plazo. Además, los niños con otras afecciones médicas, como obesidad, diabetes y asma, podrían tener un mayor riesgo de enfermarse de gravedad por el COVID-19.

Si bien la necesidad de hospitalización es menos frecuente en niños, los expertos han enfatizado que algunos pueden requerir atención hospitalaria al enfermarse de COVID-19. Además, existe una legítima preocupación sobre el potencial impacto de un COVID prolongado, de lo cual sabemos muy poco.

A principios del 2020, cuando el SARS-CoV-2 entró en los Estados Unidos de América, los niños representaban menos del 3% de los casos. Actualmente ya se estima que son más del 25%. Durante el año 2021, alrededor de 100.000 niños por semana se infectaron en el mismo país y muchos han requerido ser hospitalizados en cuidados intensivos. Casi 700 niños han muerto a causa del COVID-19 en EEUU, lo que coloca a la infección por SARS-CoV-2 entre las 10 principales causas de muerte en niños. estadounidenses.

El Dr. Nathaniel Beers, pediatra del Children’s National Hospital y presidente del HSC Health Care System (Sistema de Asistencia Sanitaria) de EEUU, había dicho en una entrevista que ómicron puede afectar a los niños, especialmente a los más pequeños, de forma más severa debido a la localización de sus síntomas. Se ha visto que ómicron ataca de manera diferente que las demás variantes, ya que se tienen más síntomas en las vías respiratorias superiores, y los niños tienen las vías respiratorias superiores más pequeñas.

En un reporte presentado por la FDA sobre riesgos y beneficios de la vacuna en niños, se observó que, en el rango de 5 a 11 años, los beneficios de la vacunación con Pfizer han superado significativamente los riesgos; por ejemplo, de pericarditis. Además, no se han observado fallecimientos a causa de la vacuna.

Chile es uno de los países que ya empezó la vacunación en menores de 11 años. En dicho país, han optado por las vacunas de Sinovac y de Pfizer. Un dato interesante es que Chile no solo está vacunando a niños de entre 5 y más años, sino que han incluido también a niños en el rango de 3 a 5 años. Chile ha aplicado un total de 220.763 vacunas a menores de 5 años, mientras que, en el rango de 6 a 11 años, se registran 2.443.987 vacunas administradas.

Es necesario dejar en claro que, si uno opta por no vacunar a sus hijos, ha elegido exponer al niño a un riesgo mayor. Decidiendo no vacunar, en contra de la evidencia, se ha optado por privarle al niño de protección y exponerle al contagio de una enfermedad. Un año atrás, los niños contagiados eran muy pocos; sin embargo, estábamos bajo restricciones. Ahora ese escenario cambió. En lo posible se trata de no aplicar restricciones, ya que la vacunación en adultos ha avanzado mucho. Pero, ¿y los niños? ¿Acaso ellos no merecen también volver protegidos a la normalidad? Ahora tendrán la oportunidad.

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