Una mujer fue descubierta intentando ingresar un teléfono celular oculto en una de sus piernas en el Centro de Rehabilitación Social (Cereso), ubicado en el distrito de Cambyreta, departamento de Itapúa. El dispositivo iba a ser entregado a uno de los reclusos.
Durante uno de los controles de rutina realizados previo al ingreso a la cárcel itapuense, agentes penitenciarios lograron requisar un aparato celular que se encontraba en poder de una mujer que estaba con intenciones de realizar una visita privada.
La misma había escondido el dispositivo con una cinta de embalaje sujetada a una de sus piernas, quedando oculto bajo la pollera que tenía puesta consigo. En este caso, el objetivo de la entrega era la persona con quien tenía previsto encontrarse dentro de la penitenciaría.
Se trata de Alejandro González, quien se encuentra recluido hace un año y ocho meses en el Cereso luego de haber sido procesado por los hechos punibles de hurto agravado, exposición al peligro y tenencia sin autorización de sustancias estupefacientes.
El modo en que se encontraba escondido el móvil indica que la mujer pretendía entregarlo a esta persona privada de libertad durante las horas en las que ambos iban a compartir un encuentro, aparentemente en una de las privadas habilitadas para tal efecto. El Ministerio de Justicia dispuso una mayor rigurosidad en los controles de las personas que ingresan a los establecimientos penitenciarios, a fin de evitar el ingreso de objetos prohibidos dentro de los penales.
Es bien sabido que los reclusos de varias cárceles logran acceder por diversos medios -tanto a través de las visitas de allegados como bajo la complicidad de los mismos guardiacárceles- a teléfonos celulares que posteriormente utilizan para comunicarse con el exterior o, en el peor de los casos, realizar extorsiones.
//