La ministra del Trabajo, Mónica Recalde, se mostró contraria al proyecto de reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales impulsada por el Congreso. Afirmó que el crecimiento económico necesita de “productividad”.
El Ministerio del Trabajo no ve con buenos ojos el proyecto de ley para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.
La titular de la entidad estatal, Mónica Recalde, explicó que “no es momento oportuno” para implementar el cambio impulsado por el senador José Oviedo.
“Observamos que todavía hay muchas irregularidades con el exceso del horario que están cumpliendo los trabajadores a través de horas extra, específicamente”, explicó en comunicación con radio Monumental 1080 AM.
Recalde afirmó que si bien la reducción de la carga horaria puede traer beneficios a los trabajadores, no se puede dejar de atender el crecimiento de la economía.
“Estamos en un momento de expansión de la creación de nuevos puestos de trabajo y la sostenibilidad de esos puestos tiene que ver mucho con la productividad y la productividad siempre está asociada con la carga horaria que se tiene”, expresó.
De acuerdo al análisis de la secretaria de Estado, el proyecto debería aplazarse para una mejor discusión interna.
“Se podría aplazar para poder trabajarlo mejor. Deberíamos de bajarlo en la mesa y aplazarlo todo por un tiempo hasta que estén dadas por lo menos una reducción que es nuestra meta, de por lo menos bajar entre 4 a 5% en la informalidad laboral”, comentó.
Actualmente, la informalidad laboral está alrededor del 50% y la meta es reducirlo al 45%, afirmó Recalde.
La Asociación de Importadores y Comerciantes del Paraguay (Asimcopar) también había manifestado su preocupación ante el proyecto de ley.
“Nosotros nucleamos a las multitiendas más tradicionales y a trabajadores autónomos vinculados al comercio exterior. Desde nuestra óptica, esta propuesta no generará empleo formal, sino que lo va a desalentar. Aumentarán los costos operativos, lo que derivará en una suba de precios de productos y servicios”, sostuvo Eugenio Caje, vocero del gremio.
También hizo referencia a los desafíos que enfrentan las empresas en cuanto a mantener su competitividad en un mercado cada vez más exigente.
“Reducir la jornada laboral a seis horas implicaría contratar más personal, pero no podemos asegurar que eso aumente la productividad. Hoy el consumidor exige más calidad a menores precios. Por eso debemos optimizar nuestra oferta para sostener la empresa en el tiempo”, agregó.
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