La doctora Nancy Garay, jefa de Cardiología del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, no ocultó su tristeza por el fallecimiento del pequeño Milán, quien no resistió a un trasplante de corazón. Señaló que el niño de seis años esperó un año por un donante tras sucesivos rechazos. Instó a la donación de órganos para salvar vidas.

El plantel médico que operó al pequeño Milán Alexander López Ovelar quedó devastado tras la muerte del pequeño de 6 años que no resistió tras un complejo procedimiento de trasplante de corazón, órgano por el que esperó por más de un año.

La doctora Nancy Garay, jefa de Cardiología del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, destacó la lucha de Milán por su vida, conectado a un corazón artificial para prolongar sus días.

“Si algún homenaje nosotros podemos hacerle a este niño que tanto luchó por su vida es hablar, concienciar, educar a la ciudadanía en la importancia de la donación de órganos”, expresó la médica en comunicación con radio Monumental 1080 AM.

Garay aseguró que si se hubiera suscitado un donante con anticipación, la historia podía ser otra.

“Es duro decirlo, pero hay que decirlo: Este niño durante un año tuvo aproximadamente entre siete a nueve potenciales donantes que dijeron no a la donación”, agregó.

La educación es el único camino para cambiar esta problemática, según reflexionó la doctora.

“Esto solamente va a cambiar cuando las familias conversen con sus hijos, cuando los hijos sean educados en las escuelas sobre la donación de órganos, que no es una mutilación. Tampoco es un sacrilegio, las religiones más importantes lo aceptan, solo pequeñas sectas rechazan la donación de órganos”, se explayó.

No resistió
La muerte de Milán no se dio por el rechazo al nuevo órgano que le fue trasplantado, sino porque su salud ya se encontraba muy deteriorada.

“No fue un rechazo, él estaba muy enfermo. El objetivo de colocar un corazón artificial es prolongar la vida del paciente hasta que aparezca el donante. Toda terapéutica invasiva, a la larga, no está exenta de complicaciones”, explicó la experta.

“Es un día triste, fuimos testigos de su evolución, de sus deseos de vivir. Obviamente nos golpeó a todos. Ni siquiera hay palabras para para poder explicar el sentimiento de impotencia y de pena que sentimos; estoy tratando de enjugar las lágrimas y volver a comenzar”, se sinceró.

En medio de la lucha por reanimar a Milán, la doctora Nancy recibió unas palabras por parte del padre del niño que le dieron un impulso para superar la decepción. “En un momento dramático para nosotros –el equipo médico– y para los padres, el padre a mí me abrazó y me dijo: ‘Gracias por este un año y 10 días más que nos regalaste con él’ y eso me dio paz”, concluyó.

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